Agua, siempre el agua

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Agua, siempre el agua

La fiereza del sol deja sin aliento. Acaban de dar las 13:00 horas y entonces hay ya una fila de automóviles que espera a pasar en el camino del bulevar Venustiano Carranza rumbo al norte. Alguien pregunta por los caminantes de la Ruta Recreativa. “Seguramente hoy habrán disminuido, pues el sol está en lo más alto”, contesta alguien. Y en efecto, se ven pocas personas, aunque sí las hay, que vienen en ese momento de la Ruta.

De suyo efectiva, los mejores momentos sin duda son los de la más temprana hora, por estos días. Muy buena idea la de llevar agua para hidratar a quienes por su indefensión no podrán buscarla por sí mismos, las mascotas que son llevadas al paseo.

El sol y el agua: Referencias constantes de nuestra ciudad y las poblaciones aledañas, Arteaga y Ramos Arizpe, donde al final de la Primavera y al inicio del Verano se vuelven de nuevo tema de conversaciones. El crecimiento de la ciudad, los problemas que trae consigo, lleva en su seno uno más, y es justamente el del agua. El surgimiento de las nuevas colonias hace incrementar cada día la demanda del líquido. Y, como muchas otras ciudades, Saltillo debe pensar en la manera de ahorrarlo, en la manera de optimizar su uso.

El nivel de los mantos acuíferos se verá abatido considerablemente si se insiste en la planificación urbana que se desarrolla en las faldas de nuestros cerros y sierras. También, igualmente, por la sobreexplotación de los recursos existentes, en este momento, en esos lugares. Es terrible constatar cómo se sigue explotando sin consideración a la sierra de Zapalinamé. La Naturaleza cobrará sus víctimas en cuanto se vea traicionada por la mano del hombre. Y hacia allá vamos, por lo que se ve.

No basta con crear la llamada “conciencia ecológica” de los habitantes -lo cual en sí mismo es mucho-, si ello no viene acompañado por decisión de la autoridad, por el trabajo serio y comprometido de una autoridad que decida no extender permisos en los lugares donde será seguro que la carencia de agua será una fuente de problemas.

Resulta indispensable que quienes tienen en sus manos la decisión de otorgar permisos para la urbanización o para la explotación, estén conscientes del deber que como servidores públicos tienen con su comunidad y su desarrollo, su futuro, y el propio futuro de sus hijos.

Basta con sentir los calores a flor de piel como los experimentados en los últimos días para que nos demos cuenta de la necesidad de que se actúe con valor y conciencia cívica. Necesario, muy necesario para todos.
 
Matzin Uziel López
Me parece tan imposible escribir su nombre aquí para referirme a ella como alguien que ya no está. Una persona tan cálida y tan fuerte como lo fue Matzin, quien falleció el 22 de mayo pasado. Ella estudió la carrera de Comunicación en la Universidad Autónoma de Coahuila y tuve la fortuna de tenerla como alumna en mis cursos. Una joven de las que se quieren en todo grupo: entusiasta, alegre, talentosa, participativa y optimista. La vida le puso a prueba: le detectaron una enfermedad incurable. Para Matzin era el reto que enfrentaría con enorme valor, con el valor que hace falta a tantos en los días más amargos de la jornada. Siempre recordamos la última vez que vimos a alguien que se marchó. Lo mío fue llegar a casa de su madre y recibirme con una amplia sonrisa, luego de ambas encariñarnos con los gatitos de la cuadra. Luchó hasta el último minuto rodeada del amor de los suyos. ¡Ay, Matzin! El Cielo acoge una Luz.