Ahora es el error de noviembre

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Ahora es el error de noviembre

“Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a otros algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”.  
Abraham Lincoln.

Estamos fritos cuando las autoridades financieras de México sucumben servilmente al afán sexenal de simular, diciendo por enésima vez que no pasa nada, contestando con frases prefabricadas y huecas que no muestran control interno ni el sentido de urgencia. 

En la insulsa conferencia el 9 de noviembre de 2016 a las siete de la mañana, el gobernador de Banco de México, Agustín Casterns, aseguró que sí había un plan de contingencia ante una posible victoria en EU (del que ya no queremos nombrar). Lo dicho por el doctor catarrito fue desmentido por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade. La conferencia mañanera aumentó el nerviosismo del mercado, la incertidumbre y un desplome en el peso. Hoy que escribo este Vértice, nuestra moneda amaneció a 21 pesos con respecto al dólar. Nos dicen que México está preparado para resistir al huracán amarillo, pero éste ya pronunció su ultimátum. O se cambia el TLC o lo cancelará en 2017.

Por su parte, la canciller Claudia Ruiz Massieu, en discurso demagógico, dijo: “los derechos y la dignidad de los mexicanos, dentro y fuera del País, nunca van a ser negociables”. Hablando de dignidad, cuando esta funcionaria renuncia de inmediato tras la visita (amarilla), omitió cuatro palabras indispensables que son: con carácter de irrevocable. La congruencia es la única prueba de integridad.

¿Cuándo han importado los mexicanos? En dos tercios del sexenio, nunca se hicieron verdaderos ajustes en la política fiscal, que hasta ahora ha consistido en condonar impuestos a los multimillonarios “del sistema” y sangrar inmisericordemente a la clase media. Según Forbes, el error de Hacienda y del Banco de México debe ser corregido.

Hacienda anuncia un ajuste del 1.7 por ciento al gasto de secretarías y descarta intervenir para sostener de manera artificial el valor del peso, ¿será?

Cuando le va bien a México, los ingresos extraordinarios se esfuman porque éstos no se reflejan en una economía popular sustentable. A los mexicanos nos va mal, porque la clase política deposita en el sistema a sus larvas de mismo apellido. En este País han hecho negocios inconfesables para despojarnos de nuestros recursos naturales, frente a una sociedad pasiva. ¿Dejaremos que conviertan a México en otro Haití?

¡Decídete a ser feliz hoy!  

@_A_lfonsina