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Ampliación improvisada agravó tragedia: Experto
CDMX.- Rescatistas e ingenieros que participaron en los trabajos del retiro de escombros y salvaron a varias personas que quedaron atrapadas en los edificios colapsados del Colegio Enrique Rébsamen, adjudican la tragedia a la construcción improvisada de un departamento que la directora y supuesta propietaria, Mónica García Villegas, mandó a construir en el tercer piso, al parecer, sin los permisos ni las normas estructurales que exigen las autoridades delegacionales y de protección civil.
Este departamento, según quienes lo conocieron por dentro, tenía piso de mármol, jacuzzi y bañera, aditamentos que asegura personal allegado al colegio, no estaba contemplado en el plano original de la obra.
Por eso explican, a diferencia del edificio que quedó en pie y tiene poco más de 30 años que no sufrió daños, el nuevo inmueble, donde estaba el departamento de la directora, se desplomó por completo y dejó un saldo de 19 niños muertos y ocho adultos.
“En este caso hay que tomar como referencia dos cosas. Una, que al edifico más antiguo no le pasó nada y la segunda, que la nueva construcción se derrumbó, todo se vino abajo, eso sucede cuando hay mucho peso sobre las losas y esto, no se contempló en el plano original”, comentó el ingeniero Roberto Pedroza.
BUSCAN RAZONES
En este sentido, las autoridades de la delegación Tlalpan dieron a conocer que revisarán a detalle los permisos de construcción del colegio para deslindar responsabilidades, motivo por el que solicitaron a la Semar que antes de que inicien con la demolición del inmueble, permitan realizar un peritaje para conocer si hubo irregularidades.
‘NO ES DUEÑO’
A través de WhatsApp comenzó a circular un mensaje que afirmaba que el arzobispo Norberto Rivera era dueño del Colegio Enrique Rébsamen que colapsó en el sismo del 19 de septiembre y que en este sitio ocultaba supuestos tesoros.
“El arzobispo no es propietario del Colegio Rébsamen”, aseguró la iglesia.
CON GLOBOS BLANCOS DAN ÚLTIMO ADIÓS
Padres, maestros, alumnos y amigos de los pequeños que murieron en la escuela, a consecuencia del sismo del martes pasado, acudieron a una misa en su honor; en el evento soltaron globos blancos y les dieron el último adiós.
Los deudos acudieron vestidos de blanco y pidieron respeto a los medios de comunicación para realizar la ceremonia que dictó el párroco del lugar, quien pidió fuerza y aplausos para los miles de héroes anónimos que participaron en las zonas de desastre.
En memoria de los niños y de todos los rescatistas, los padres de familia levantaron la mano con el puño cerrado, señal de silencio, imagen que le ha dado la vuelta al mundo.