Por Kowanin Silva

Con una postal de Estambul, donde cafés y bares tienden sus terrazas sobre un cálido corredor peatonal abrazado por los árboles, recuerda Sergio Castillo, propietario de la Taberna El Cerdo de Babel, el antiguo espacio que tenían sobre el callejón de Ocampo en el Centro Histórico de Saltillo.

“Terrazas de cafés y bares en un peatonal de Estambul ¿les recuerda algún lugar?” cita el pie de una foto en la que se antoja entrar, pedir un trago y pasar horas platicando con los amigos una de estas tardes de otoño.

La nostalgia en su post no se hizo esperar y hubo quienes se trasladaron a aquellas noches que se pasaban entre cervezas y risas, disfrutando el clima ideal de Saltillo en las mesas que instaló la Taberna a la luz de las farolas.

“Cómo olvidarlo”; “Era tan agradable y tan confortable, y además hacía el espacio muy acogedor, muy europeo. Esperemos que regrese!!”; “Qué bonito”; “Deberían de ponerlas de nuevo”; “Ojalá lo volvamos a ver en El Cerdo” son algunas de las emociones que despertó la publicación de Sergio Castillo.

Y es que es inevitable imaginarse la escena con Proto Jam de fondo amenizando a los peatones, que seguramente no resistirían hacer una escala para beber una Corpus Porcus, la cerveza artesanal de la casa.

Así se ve el Centro Histórico de Saltillo en el muro de Sergio Castillo, antojable, lleno de arte, música, amigos, encuentros y recuerdos bonitos, como el que Facebook le recordó a Sergio hace dos semanas.

“A veces el Facebook sí te recuerda bonitos momentos: en 2011 presentamos el primer libro del Cerdo de Babel en la FIL” comparte Sergio Castillo con una postal de aquel día de hace cuatro años.

Hoy Sergio y Jerónimo Valdés siguen haciendo cultura en la Taberna El Cerdo de Babel; hace unos días presentaron con éxito en la Ciudad de México, Mascogo Soul, disco que revive el canto de tres matriarcas macogos, y este mes estarán apoyando a Doctubre, festival de documentales que llega a Saltillo.

Así es el perfil de Sergio, enamorado de una ciudad por la que trabaja todos los días, sería justo quizá que tuviera de vuelta su terraza.