La complejidad del proceso electoral terminó siendo accidentado y con denuncias por inconsistencias, algo que fue advertido desde hace semanas por VANGUARDIA.

Tanto lo cerrado de la contienda, la dificultad para tener un conteo de votos claro en la madrugada, la falta de registro de representantes de partido en las casillas, así como la falta de capacitación de funcionarios de casilla, fueron dados a conocer en el último mes.

El pasado 16 de mayo, esta casa editorial a conocer “Acecha incertidumbre a Coahuila”, en donde informó que la complejidad de los comicios podría arrojar resultados confiables hasta bien entrada la madrugada del lunes.

En esa coyuntura, fuentes del Instituto Electoral de Coahuila (IEC),  cuestionaron la tardía capacitación de los funcionarios de casilla, lo cual terminó por impactar en el proceso del conteo rápido.  

Posteriormente, el 20 de mayo, VANGUARDIA informó que representantes de los partidos se quejaban del proceso electoral debido a que tenían dudas con los observadores; en dicha fecha publicó: “Desatiende IEC e INE al proceso electoral”.

Preparaban manual

Cuatro días después, el 24 de mayo, —a 14 días de las elecciones— Arturo Cárdenas Román, funcionario de INE, explicó que se estaba elaborando un manual para emitir el voto en las elecciones.

Y el 25 de mayo, en una entrevista hecha por VANGUARDIA a Gabriela de León, presidenta Consejera del Instituto Electoral de Coahuila, manifestó que iban a dar resultados de la elección pasada la media noche o entrada la madrugada, esto ante la complejidad de la jornada electoral.

“Vamos a dar resultados el día de la jornada electoral pasada la medianoche o ya entrada la madrugada, por la complejidad de estas lecciones es una situación que está prevista”, sentenció.

El 28 de mayo, en entrevistas para esta casa editora, los candidatos Guillermo Anaya del PAN y el independiente Javier Guerrero, aseguraron no confiar en el IEC.

Sostuvieron en entrevistas por separado que el árbitro dejaba mucho que desear con esa actitud pasiva y su supuesta cercanía con el PRI.

“Tenía una esperanza de que el nuevo Instituto tuviese independencia, profesionalismo, imparcialidad, pero los medios de comunicación y las redes sociales pusieron al descubierto por lo menos a dos de los consejeros”, apuntó Anaya.

‘Cierre de infarto’

Fue el 31 de mayo cuando de acuerdo a estudios de opinión realizados por el Departamento de Análisis de Datos de VANGUARDIA, VANGDATA, se dio a conocer “Cierre de infarto, 10% de indecisos”, en donde se anticipó que los resultados de las elecciones estaban en el aire, ante el índice de electores que mantenían un voto oculto que cerraba aún más la diferencia entre los punteros a la gubernatura.

En dicha publicación, Miguel Riquelme tenía una preferencia electoral de 23.16%, mientras que Guillermo Anaya resultó con 23.93%, y en la encuesta también se levantó la percepción ciudadanos respecto al IEC y arrojó que 55% no confiaba en el instituto electoral, mientras que el 45% respondió que sí.

Finalmente, el pasado 3 de junio, VANGUARDIA informó: “Dejan sin registro a representantes de casilla”.

Y es que en Coahuila, el Instituto Nacional Electoral (INE) no pudo cumplir a los partidos políticos con el registro de todos sus representantes de casilla, pues su sistema presentó fallas desde hace dos meses y hasta ayer había desconcierto y zozobra entre los partidos.

Dichos antecedentes como la desconfianza del electorado, de los candidatos, las fallas y confusiones, arrojaron como resultado las denuncias por presuntas irregularidades y la tardía definción del IEC para mostrar a un claro ganador en la pasada elección del domingo.