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Arranca vacunación masiva, sin una estrategia sólida
Tras el arribo a nuestro país de nuevos cargamentos de vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2, hoy inicia el proceso de vacunación a las personas mayores de 60 años. De acuerdo con las previsiones del Gobierno Federal, se tiene el propósito de vacunar a 15.7 millones de individuos en el curso de los próximos dos meses.
Para cumplir con dicha meta es necesario que se vacune a poco más de 260 mil personas por día y la gran pregunta es si realmente se está haciendo lo necesario para lograrlo.
Y es que las cifras que hasta ahora se tienen no sirven para documentar el optimismo: en los primeros 51 días de vacunación, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, se inoculó a 726 mil 313 personas con al menos la primera dosis de la vacuna. Eso implica un promedio de apenas 14 mil 241 personas cada 24 horas.
En otras palabras, para estar en aptitud de vacunar a 15.7 millones de personas en los próximos 60 días debe multiplicarse por 18 el promedio diario de personas inoculadas hasta ahora. ¿Es esto posible?
La respuesta es sí. México ha construido un sistema de vacunación muy sólido a lo largo de las últimas décadas y por ello se cuenta con el personal suficiente –y suficientemente capacitado– para desplegar una estrategia que ofrezca mejores resultados que los obtenidos hasta el momento.
Muchas voces han expresado dudas, sin embargo, en el sentido de que a pesar de contar con la capacidad para hacerlo, el Gobierno de la República podría no alcanzar la meta señalada porque no se está utilizando la infraestructura existente para la estrategia de vacunación contra el coronavirus.
En efecto, varios gobiernos estatales han señalado que no se les ha tomado en cuenta para el diseño y puesta en práctica de la estrategia de vacunación y ello implica que la infraestructura que depende de este orden de gobierno se desaproveche o se use en una forma poco eficiente.
Tampoco se ha anunciado
–más allá de la Ciudad de México– el establecimiento masivo de puestos de vacunación, de tal forma que las personas no deban desplazarse grandes distancias para ser inoculadas. Menos aún se han planteado estrategias como las desplegadas en otros países en donde incluso las cadenas privadas de farmacias han sido habilitadas para que las personas se vacunen en ellas.
Como se ha dicho en múltiples ocasiones, el hecho de que el Gobierno Federal haya decidido monopolizar el manejo de las vacunas sólo encuentra una explicación: se busca obtener un beneficio electoral en los comicios del próximo 6 de junio.
El señalamiento se niega una y otra vez con el manido argumento de que quienes hoy detentan el poder e nivel federal “no son iguales” a sus antecesores. El problema es que la evidencia es cada vez más numerosa y contundente y apunta en una sola dirección: la “estrategia” de vacunación que arranca hoy se parece más a una de corte electoral que a una de carácter sanitario.