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Asilo

De pronto los mexicanos somos expertos en asilo político, en Bolivia, en la trayectoria de Evo. No importa si no sabemos cómo, cuánto, cuándo y para quién se ha usado el asilo en la historia del País. En realidad, en esta era de “información” polarizada no se necesita investigar o analizar los temas. Tomamos lado dependiendo de quién sea el que apoya o ataca algo. Muchos han perdido la noción de lo que es tener una opinión propia. Se van con la marea del color que les gusta. Gente sensata y hasta educada, en ambos polos, ignorando los méritos o los problemas de las decisiones que se toman cada día, incluido este caso de “El Asilo de Evo” (título para telenovela de las 9 p.m.). Así de simple y triste. Una vez más, las redes sociales, grupos de amigos, la familia, se suben cada uno a un tren que ni siquiera saben para dónde va, pero que parece ir al lado contrario de quien aborrecen o para el lado que les dice quien idolatran. De ambos, enemigo e ídolo, saben poco. Quienes piensan como yo ya lo juzgaron y eso es suficiente. Qué flojera tener una opinión y juicio propios. No hay tiempo de formarlos porque me urge ver el nuevo meme que ensalza a mi ídolo o critica a mi némesis.

Pareciera que México no tiene problemas propios y compramos los ajenos. Lo que debiera ser un acto humanitario se vuelve una arenga política para darle gusto a los #Izquierdistasdeliphone (crédito a mi amigo boliviano Eduardo Mazzi), que en su gran mayoría no entienden nada de la ideología, pero aplauden como focas. Comete un error López Obrador haciendo algo que debiera ser simple y llanamente un acto humanitario y nada más, cuando lo convierten en un estandarte político. Pasean a Evo Morales como si fuera un trofeo. Lo presumen como si su sola presencia fuera a resolver siquiera uno de los problemas más simples de México. De pronto, el gabinete entero está ocupado y preocupado por el tema Evo, como si eso fuera una prioridad nacional y como si todo el aparato gubernamental no diera para más que para coordinar un pinchurriento vuelo redondo a Bolivia y la seguridad del señor Evo. Narra el canciller las peripecias que el avión de la Fuerza Aérea Mexicana sorteó para ir y venir a Bolivia, como si fuera el desembarco en Normandía. Mientras, en el vecino país del norte ¡hay un cohete privado que puso 60 satélites en órbita! Y nosotros ocupados con Evo. Y como si fuera concurso para encontrar al idiota del mes, sale otra de las lumbreras 4T, la encargada de la capital del País, a comparar los 14 años de Evo Morales con los de Angela Merkel. ¡Por favor, que alguien les explique! Los intelectualoides calibre 4T (Gibránes, Ackermannes, Epigmenios, etc), que están de moda, no son capaces de ilustrar o al menos orientar a estos payasos que se envuelven en la bandera y se avientan del segundo escalón. Ciegos y enfermos definiendo al mundo en conservadores y nosotros.

Por su parte, los famosos “adversarios”, que son muy reales, no cantan mal las rancheras. Evo es el diablo. México no debe dar asilo (aunque lo haya hecho antes). La nueva “presidenta” de Bolivia es una demócrata. La OEA tiene toda la razón, es infalible. Los gastos en Evo no los podemos pagar. ¿Por qué si AMLO no usa aviones privados, Evo sí? AMLO hace todo un show del tema Evo y la “oposición” se lo compra completito, distrayendo entre ambos a todos de los verdaderos temas que hay que atender, empezando por reconstruir una oposición viable. Ahora resulta que, por lo menos por esta última semana, México vive o muere en función del tema Evo. Eso es una desgracia para un país como México. Con todo respeto para Bolivia, que entiendo es un país maravilloso con gente de primera, ¿qué porcentaje de los mexicanos mayores de 18 años lo ubicarían en el mapa antes de esta semana (e incluso hoy después de tanto show)?

Ninguno de los dos bandos se dan cuenta que en realidad quienes necesitan el asilo son los mexicanos en su conjunto. Llevamos décadas de corrupción, violencia, impunidad, cinismo y estancamiento relativo. Ahora, quienes pueden tener una receta distinta, están empachados de ideología barata que no le dará de comer a nadie en el largo plazo; mantienen el cinismo y agudizan el estancamiento.

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com