‘Aún sueño con tener una gran boda’

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‘Aún sueño con tener una gran boda’

ESTIMADA ANA:
Hace casi tres años que mi novio y yo decidimos poner fecha de boda. Lo estuvimos retrasando porque no nos poníamos de acuerdo, ya que él quería boda civil y sólo padres y padrinos. Yo, por supuesto, como todas las mujeres, quería boda con invitados, y por la iglesia (soy católica y él no).

Al final, conseguí convencerlo en que no pasaba nada por hacer una celebración con invitados, y pusimos fecha...con tan mala suerte que mi suegra cayó gravemente enferma, de cáncer. Se lo detectaron la misma semana que pusimos fecha. 

La operaron, pero tenía que someterse a la quimioterapia después de la operación y cuando acabara la quimio la tenían que volver a operar para extirparle el tumor maligno que le detectaron (canceroso).

Aunque ella físicamente estaba bien, la enfermedad la llevaban en secreto (ella nunca dijo a nadie que tenía cáncer, a nadie fuera de la familia, pues para ella era un tema tabú). Así que, le dijo a su hijo que no quería que nos casásemos con invitados, que nos teníamos que casar en plan íntimo, porque ella no tenía ganas de dar explicaciones a nadie, no porque se encontrara mal de la quimio (que la toleró perfectamente), sino porque no tenía ganas de dar explicaciones a nadie. 

A mi (aunque os parezca esto egoísta), no me pareció bien su postura, porque ella estaba perfectamente para pasar las dos horas que dura un banquete, así que, como yo me puse fuerte en mi postura, nos dijo que si nos casábamos con invitados, que ella y mi suegro no irían a la boda.

Mi marido me dijo (esto es muy fuerte) que si su madre no iba, que él no tenía ninguna ilusión en casarse. Así que nos teníamos que casar en plan íntimo, o posponer la boda de manera indefinida.

Yo me deprimí muchísimo: trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, y dejé los estudios. En el trabajo, empecé a no relacionarme con nadie, no salía a tomar un café con los compañeros de trabajo ni nada, no quería ver a nadie y para colmo, salí embarazada sin buscarlo.

Así que nos quedaban dos opciones: o casarnos de manera íntima, o casarnos por todo lo alto cuando naciera el niño y se hubiera solucionado la enfermedad de mi suegra. Y muy a mi pesar, opté por lo segundo porque yo, por convicciones, no quería que mi niño no tuviera a sus padres no casados. 

Ahora hace dos años y medio que me casé, tengo un niño precioso pero aquella negativa de mi marido a ponerse de mi lado en el asunto de la boda se interpone entre nosotros. No hay día que no me arrepienta de no haber tenido mi vestido blanco, mis flores, mi banquete, mi álbum de boda, porque para mí era súper importante: era decir ante todo el mundo que nos amábamos y que deseábamos pasar el resto de nuestra vida juntos. 

He llegado a pedirle que porqué no hacemos una fiesta en grande para nuestros amigos y familiares, en el mismo salón donde teníamos prevista la boda, y yo me compro un vestido blanco como el que tenía reservado. Es más, lo deseo tanto que estoy dispuesta a no exigir dinero a nadie: lo deseo tanto que, como tengo un buen trabajo y muchos ahorros, correría yo con todos los gastos. ¿no es mi ilusión? pues lo pagaría yo. 

Mi marido dice que no le parece bien. Que eso es hacer ahora una fiesta, que le da vergüenza y yo sigo hundida cada vez que voy a una boda, de ver lo que puede tener y no tuve. 

LESLY


ESTIMADA LESLY:
No te ofendas, pero creo que exageras. Tu marido no te cancelo la fiesta por capricho sino por una causa de fuerza mayor. Su madre enfermó de cáncer, su vida peligró ¿y tú te resientes porque la señora, recién salida de la quimioterapia se sintió incapaz de ir a tu fiesta y tu marido la apoyo a ella? ¿Te estas escuchando mujer? ¿De verdad piensas que iba a anteponer una fiesta a la salud de su madre?

Por más que a ti te parezca “que sí”, tu suegra no estaba en condiciones de atender el banquete, después de la quimio seguramente estaba hecha polvo anímicamente. Esto es lo que no entendiste, la mujer no se fue a un viaje, se trató de cáncer.

Obviamente tu marido se iba a poner de su parte, es su madre. Lo que pudiste hacer en ese entonces era aceptar esperar y tener la boda después de que naciese tu hijo, dejar de lado los prejuicios y el egoísmo. 

Es que de vez en cuando, ¡hay que ponerse en los zapatos de los demás! 

Estas son palabras fuertes e incómodas pero ¿Te has puesto a pensar porque tu marido se rehúsa a hacer la fiesta ahora? Mujer, se llevo una decepción cuando te negaste a entender la postura de su madre y antepusiste tu egoísmo y capricho. Lo que si es muy cierto es que ese hombre te ama, de no ser así esa actitud tuya habría hecho que cancelara los planes de boda en el acto.

Te sugiero que en lugar de lamentarte y vivir molesta con él reflexiones y te des cuenta del gran hombre que tienes a tu lado, aprende a valorarlo.

ANA