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Barrio Paneo: La trilogía del panorama social de Saltillo
Barrio Paneo es un proyecto que se desprendió del programa del Instituto Municipal de Cultura “El Corazón de mi Barrio”, el cual, a través de diversas actividades, llevó la cultura a algunos de los sectores más marginales de la ciudad, y en este particular caso retrató desde la perspectiva de tres diferentes realizadores cinematográficos las historias que los habitantes de estos barrios tienen por contar.
Patricia Carrillo fue la última de ellos y tomó en sus manos el explorar los barrios de La Peñita, La Minita, Colonia Zamora, Saltillo 2000 y Francisco I. Madero, buscar historias fuera de lo ordinario y conocer a profundidad a sus protagonistas para plasmarlos en este panorama social que es el documental “Barrio Paneo”.
“Fue una experiencia muy enriquecedora”, comentó para VANGUARDIA la documentalista, “porque es una manera en que los realizadores conocemos un poco más de nuestra ciudad y nos acercamos a estas personas extraordinarias que habitan en los barrios”.
Los creadores encargados de las primeras dos ediciones del documental fueron Reginaldo Chapa y José Luis Elizalde, cuyos productos fueron presentados desde finales de 2016 y a lo largo de todo el presente año.
En el caso del de Carrillo, y al igual que sucedió con los otros dos, el filme fue proyectado en los centros comunitarios de cada una de las colonias que los protagonizaron, además de una proyección especial en la taberna El Cerdo de Babel, donde nosotros lo vimos por primera vez.
Dado que había pasado mucho tiempo fuera del país, Patricia ya había comenzado a explorar la ciudad, cambiada por la acción humana a través del tiempo, antes de que le encomendaran el proyecto.
“Cuando regresé a Saltillo obviamente mi prioridad era estar cerca de mi familia”, expresó Carrillo, “y de alguna manera como que la ciudad había cambiado muchísimo y yo sentía ganas de reconectar a otro nivel con ella. Empecé a caminar las calles y fue cuando Vanguardia me propuso que hiciéramos una trilogía de cortometrajes llamado Tierra Prometida, empecé a recorrer bastante más la ciudad y a conocer gente. Por eso, justo cuando me proponen Barrio Paneo ya estaba en ese proceso y fue mas fácil acercarme a la gente y a los barrios”.
Ella considera que los cineastas, y en particular los documentales, son una especie de “cazadores de historias”. “Las historias ahí están y de repente platicando con alguien encuentras a algunas personas que tienen algún rasgo de sus vidas que la hacen extraordinario”.
A diferencia de sus colegas, el tiempo que ella tuvo para hacer el documental fue muy poco. Comenzó a explorar los barrios en la tercera semana de agosto y lo estrenó la primera semana de diciembre, aunque aseguró que no por ello la experiencia no fue menos enriquecedora.
“Yo creo que mi mejor herramienta siempre es la de la intuición”, expresó, “y más cuando encuentras a un personaje que por alguna razón se ha vuelto extraordinario, las personas son muy fáciles en el sentido de que una vez que los visitas varias veces te abren su corazón y te hablan de sus historias”.
Como sucede con cualquier producción cinematográfica siempre hay material que se corta durante la edición y para este documental hubo una historia especial con el que le gustaría trabajar más a fondo.
“Me gustaría contar hablar mucho más de la historia de una pandilla, de la colonia La Peñita, es la pandilla de los Perros Bravos que la verdad es que son personas, las que lo conforman, que tienen historias bastante interesantes y me gustaría en algún momento retomar algún trabajo con ellos, quizá más largo y pues sería como otro proyecto, independiente de este”, comentó.
“Lo que pasa es que basta caminar un poquito por los barrios de Saltillo para encontrar a alguien y casi casi que si tocas cualquier puerta vas a encontrar una historia de una familia”, añadió, “entonces es un gran universo de historias que están ahí esperando. Creo que es lo bonito de este proyecto, te pone justamente la mirada de personas en las que a veces no reparamos y que son gente muy valiosa”.
Expresó que uno de los resultados más inmediatos de grabar y posteriormente proyectar estas historias se encuentra con las familias de los protagonistas:
“Una de las cosas mas bonitas de proyectar los documentales es ver las reacciones de su familia. A lo mejor están muy cerca de sus historias, pero en la cotidianidad a veces se nos van los detalles y creo que siempre es como que una muestra de cariño, darte cuenta de lo que hacen tu abuelita, tu tía, tu mamá. Hay un revaloración en la familia cuando ven lo extraordinario de sus vidas”.
Y es que Barrio Paneo, aunque posee todas las características para ser valorado como un estudio social, en realidad está enfocado a que los mismos habitantes de las colonias comiencen a valorar los personajes que habitan entre ellos, de ahí que sus principales y más importantes proyecciones se realicen en los centros comunitarios.
“A mí sinceramente desde que Mabel Garza y sobre todo Checo Castillo planearon este proyecto, me pareció que era una excelente programa para desarrollar. Primero porque, como decía hace rato, estas personas en las que encuentras lo extraordinario en lo ordinario y si me pareció muy buena la oportunidad para que algunos cineastas aumentáramos nuestro trabajo en el género documental”, finalizó.