Café Montaigne 109

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Café Montaigne 109

Gracias por aceptar esta cita sabatina con su servidor. Gracias por aceptar asistir a esta tertulia en este “Café Montaigne” cada sábado. Gracias de nuevo. No pocos comentarios ha desatado este díptico que ahora es un tríptico dedicado al futbol soccer. Soccer le dicen los gringos a secas. Para ellos el futbol es el americano (donde juegan mis héroes del domingo, mis Pittsburgh Steelers). En esta parte del mundo y en buena parte del mundo, el soccer es lo que gusta y domina. A mí en lo personal nunca me gustó; a la fecha no me interesa en lo más mínimo. Se me hace muy aburrido. Los futbolistas se caen a cada rato y engañan al árbitro con faltas inexistentes. Cuando el balón anida en la red, no pocas veces se marca algo muy absurdo llamado “fuera de lugar”. Pero en un gran porcentaje de estas ocasiones todo mundo está bien y en su justo sitio, como no hay repetición instantánea ni se ayudan con hartos medios tecnológicos disponibles, el error del árbitro juega e influye harto en el resultado de un partido. Atados a lo primitivo, así se juega en todo el mundo este negocio y medio de control social, no deporte para mí.

Hoy vamos a continuar hablando de futbol. Un atento lector con el cual platiqué en la fila de una tienda Oxxo donde los “gerentes” o “líderes” de unidad son sureños, éste al desconchinflarse su lector de códigos pues se volvió loco, no sabía qué hacer y dijo que iba a apagar el sistema y reiniciar todo. Yo le dije que sólo quería comprar un refresco embotellado y mi amigo una cajetilla de cigarros, a lo cual el “líder” de Femsa dijo que nos esperáramos, porque… no recordaba los precios. Puf. Éstas son las nuevas generaciones atados a su celular “inteligente”, lo que eso signifique. Bueno, le decía que me puse a platicar con mi amigo lector el cual me espetó que estaba de acuerdo con lo aquí vertido (tampoco le gusta el soccer). Atacado de risa me dijo de mi error de creer que el origen del soccer era alguna estepa africana o una exuberante selva asiática donde un coco se cayó y fue disputado por dos tribus de chimpancés, 11 de un lado y 11 del otro lado. Nada de eso. Este deporte es inglés, pero ahora y con el tiempo los que bailan samba lo han acaparado: Brasil. Hay y hubo jugadores tratados como semidioses: Neymar, Ronaldinho, el inolvidable Pelé, Garrincha… a los cuales se unen “filósofos” del balón redondo: Menotti, Jorge Valdano, Maturana…

En México se administra la derrota. México nunca va a ganar un campeonato mundial de soccer. Aunque este espectáculo mueve millones. Le di las cifras el texto pasado. Todo mundo se pone la “verde” cuando las televisoras lo mandan. Es control y manipulación de masas y como nadie piensa, todo mundo obedece. El soccer mueve masas y dinero, harto dinero. Y vea si no, la disputa millonaria por el control de Chivas de Guadalajara de la cooperativa contra su “dueño” Jorge Vergera, litigio que va a una corte internacional.

ESQUINA-BAJAN

Le hice la pregunta la ocasión anterior: ¿Qué tienen en común los siguientes atletas de alto nivel mundial: Paola Pliego, Gabriela Bayardo, Linda Ochoa, Kevin Chávez, Jonathan Ruvalcaba y Damián Villa? Eran mexicanos, ya no lo son, renunciaron a ser mexicanos. Como a Andrés Manuel López Obrador y su hija predilecta, una de varias, Ana Guevara, el deporte les vale madre, ahora van a defender los colores de otros países. Paola Pliego (esgrima), Gabriela Bayardo (tiro con arco), Linda Ochoa tiro con arco), Kevin Chávez (clavados), Jonathan Ruvalcaba (clavados) y Damián Villa (taekwondo) ya emigraron a otros lares (Holanda, Estados Unidos, Australia, Uzbekistán, República Dominicana…), allá se preparan, allá trabajan y allá dichos países los tratan como lo que son: deportistas de alto rendimiento que merecen atenciones especiales.

¿Aquí? Aquí AMLO está atado al potro de su adicción, el beisbol (en texto pasado le dije y le cuadré el puzle al respecto, tiene una oficina adjunta a su despacho, llamada Probeis (Promoción y Desarrollo del Beisbol en México, con un presupuesto inicial de 350 millones de pesos. En el sexenio, de seguir destinando este dinero a dicha oficina, serán 2 mil 100 millones de pesos a un sólo deporte por capricho presidencial) y en la Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte) bajo la tutela de Ana Guevara ya hay serios señalamientos de corrupción: viajes sin detallar, triangulaciones de gastos y viáticos, usurpación de funciones y un largo etcétera. Entre las empresas que ya están en investigación por todo lo anterior están Volare Travel Shop SA de CV, Proyectos Científicos y Tecnológicos S de RL, GC Rental Car, y otras ya muy detalladas en informaciones periodísticas.

El deporte es fundamental para la salud física y mental de los mexicanos. La cultura, todo mundo lo dice y lo repite como ventrílocuo, es la única opción viable y segura para salir del atraso crónico que padece el País. Pues sí, buenas intenciones en el discurso. Pero en la vida real de AMLO y en Coahuila son letra muerta. Son intenciones políticamente correctas, pero que a pocos o nadie interesan. Los recortes en materia de presupuestos en cultura y deporte han sido brutales. En tiempos de austeridad, cinco funcionarias fueron a la Bienal de Venecia. Entre ellas la lagunera (como un 98 por ciento del gabinete es lagunero, sólo llegaron a eso, a viajar) Ana Sofía García Camil y Olga Margarita Dávila. ¿A qué fueron, qué hicieron allá, promocionaron a Jaime Torres Mendoza y su arte, cuánto gastaron? Nadie dice nada. En la revista Proceso, donde lo ventilaron públicamente, se habla de un gasto de 12 millones de pesos. Y eso que hay austeridad (No. 2220. Mayo de 2019). Sobra decirlo, García Camil regresó raspando de su viaje de turismo, directo a la Feria Rural del Libro de Arteaga…

LETRAS MINÚSCULAS

Regresaré con un cuarto texto, pero ahora centrado en la cultura. De espanto todo.