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Carta de combate
¿Inicia o termina el año? Da igual estimado lector. Da igual. Son convencionalismos del tiempo, de la burocracia para el trabajo. Nada tiene que ver en nuestra vida real, nuestro mundo real. Es decir, si en el año 2017, esperemos no, usted tuvo la situación de una pérdida terrible de un ser querido, ¿usted es el mismo o es diferente después de eso? No importa el año, ni el mes ni el día de la semana, no importa nada, vaya, salvo el infausto acontecimiento. En pocas palabras, nuestra vida se rige por hechos y acontecimientos o eventos, no por fechas en el calendario.
Igual si usted se casó o tiene nueva novia o novio, su vida ya no es lo mismo. Hay, digamos, un plus. Por eso es intrascendente el inicio o fin de un año. Pero bueno, como vamos iniciando año, hoy le transcribo a usted varias perlas, varias frases del pensador Rob Riemen (Países Bajos, 1962) el cual tiene varios libros que ejercen tal poder con sus ideas que por ejemplo en México, específicamente en Puebla, se construyó toda una “Ciudad de ideas” en base a las suyas. Así de sencillo. Riemen es una verdadera aplanadora de pensamiento. Entre sus libros destacan: “Para combatir esta era” y “Nobleza de espíritu”, ambos en Taurus. Debo el primero de ellos a la generosidad del joven abogado Gerardo Blanco, especialista en derecho electoral y catedrático de la materia en la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC, quien lo acercó a mi pálido alfabeto en noviembre del año pasado. Lo acabo de leer en navidades y es un deslumbramiento.
Cruzando letras y palabras con el escritor Armando Oviedo de la ciudad de México y con el cual me estoy reuniendo por motivos de trabajo, al menos una vez por mes en la bella ciudad de palacios, éste me dice que no es mucho de su agrado “porque repite lo que otros pensadores han dicho mejor y originalmente”. Tiene razón en parte el narrador y director del Centro Cultural Nómada. Riemen nos hace más asequible aquellas ideas, pensamientos y tesis que hierven en la historia de la humanidad, las cuales por ignorancia han pasado a nosotros vía terceras personas, y no en su ropaje original, cuando fueron generadas por sabios que han deletreado este futuro que es hoy, hace décadas, centurias y siglos. No es alarde. En Riemen es conocimiento y desmenuzamiento, no alarde. Escritores y filósofos como Amos Oz, George Steiner y Anne Applebaum, han pronunciado sentidos y genuinos elogios hacia su huerto de ideas. En todos lados se lee a Riemen… menos en Coahuila. Van entonces algunas perlas del pensador que trae de cabeza al mundo. Una especie de filosofía o carta de combate para nutrir este inicio de año.
ESQUINA-BAJAN
“(Los jóvenes) buscan la comodidad en la vida colectiva. La vida colectiva es una esfera relajada hasta el extremo del libertinaje”: Riemen citando a Thomas Mann. Luego leemos: “La igualdad ahora sólo se puede reflejar en lo material”. “¿Por qué conferimos tanto valor en nuestra sociedad a la tecnología, la velocidad, el dinero, la fama, el acicalamiento y las apariencias? La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en algo que dijo Sócrates hace veinticinco siglos, cuando criticó el tipo de vida que se centra en el placer e ignora el bien más alto”. Para Rob Riemen, Sócrates está más vigente y vivo que nunca.
Rob Riemen arremete contra todos y contra todo: “Las instituciones encargadas de protegernos existen sólo por gracia de la confianza que las personas tienen en ellas… Los partidos políticos ya no tienen principios ni proyectos; la confianza en la política ha disminuido a un nivel peligroso; las elecciones han sido reducidas a un carnaval de banalidades vacías de contenido”. Sin duda, Riemen tiene razón, en México asistimos al carnaval de la renovación de la Presidencia imperial bajo una propuesta fútil de Andrés Manuel López Obrador: “amnistía a los narcotraficantes”.
Algo sin duda digno de chacota y carnaval, algo que mueve a risa porque de tan serio y trágico sería un terrible “lloro y crujir de dientes”, como dice la Biblia (Mateo 8:12). ¿Amnistía a criminales de tal calibre? Para haber amnistía primero deben de ser condenados en un juzgado, en un tribunal y esto aún no ha pasado, ni pasará, porque primero deben detenerlos y la policía, usted lo sabe lector, es incapaz de ello. Tiene entonces razón Riemen en escribir en su libro: “la educación ya no provee formación personal ni instrucción moral”. En fin, ya no hay asideros, formación, piso fuerte ni pisada firme, por eso los jóvenes hoy no buscan ni creen en una identidad personal o espiritual sino en una “materialidad: ¿qué tengo y cómo me veo?” Sin duda, en tierra de afásicos, la “selfie” es poder, tótem y distracción, embrujo y símbolo de un día. Luego… la nada.
LETRAS MINÚSCULAS
Volveré al tema y al autor.