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Charles Scicluna, enviado del papa recibe testimonios de víctimas de abusos en Chile
El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado por el papa Francisco a Chile para investigar el presunto encubrimiento del obispo Juan Barros de los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, comenzó hoy a escuchar bajo reserva testimonios de los afectados.
"He venido a Chile enviado por el Papa Francisco para recoger informaciones útiles concernientes a Monseñor Juan Barros Madrid", dijo Scicluna en un breve saludo en español en la sede de la Nunciatura Apostólica en Santiago de Chile.
El prelado no respondió preguntas de la prensa, responsabilidad que asumió el vocero de la Conferencia Episcopal de Chile, el diácono Jaime Coiro, quien señaló que varios de los denunciantes solicitaron que su identidad se mantenga en el anonimato. Algunos incluso llegaron en automóviles con vidrios polarizados para evitar ser reconocidos.
"No vamos entregar ni número de personas ni nombres (de los que acuden a ver a Scicluna)". "Éste es un proceso de escucha. Esto no es un tribunal y no es un auditorio, es una sesión, es un encuentro", aclaró Coiro.
El arzobispo maltés "está disponible también para recibir durante estos días y después de estos días aquellos antecedentes que quieran hacerle llegar directamente en un sobre dirigido a su nombre a la Nunciatura Apostólica", agregó.
El enviado papal, que se encuentra desde el lunes en Santiago, permanecerá en el país hasta el viernes para recibir los testimonios de quienes acusan al obispo Juan Barros de haber presuntamente presenciado y encubierto los abusos sexuales contra menores cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, sancionado por la Santa Sede a un retiro de por vida de sus funciones.
Scicluna llegó desde Estados Unidos, donde el sábado se reunió en una parroquia de Nueva York con el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del cura.
Barros, de 61 años, es actualmente el obispo de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, designado por el propio papa Francisco en 2015.
Desde su llegada al cargo, feligreses de la zona han demandado su renuncia con algunas manifestaciones en las que incluso ha tenido que intervenir la policía.
El polémico caso del obispo de Osorno, de 61 años, cobró mayor relevancia después de que acompañara al papa en todas las misas que ofició en Chile, en el marco de la gira pastoral entre el 15 y el 18 de enero pasado.
Para molestia de las víctimas, el pontífice declaró que no hablaría sobre el tema hasta que no tuviera pruebas. "No hay una sola prueba en contra (de Barros), todo es calumnia", subrayó en esa oportunidad.
Más tarde Francisco pidió disculpas por sus palabras, pero siguió mostrándose convencido de la inocencia del prelado de Osorno.
Víctima de abusos acusa de encubridores a miembros de Iglesia chilena
El médico chileno James Hamilton, una de las víctimas de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, denunció que el cardenal Francisco Javier Errázuriz y el arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati son encubridores de los delitos del cura.
"Errázuriz es un mentiroso, un encubridor. Vuelvo a decirlo a todos los chilenos: Errázuriz es un criminal y usted Ezzati es un cómplice de otro criminal", dijo Hamilton a la prensa tras entregar su testimonio al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado por el papa Francisco a Chile para investigar el presunto encubrimiento del obispo Juan Barros de los delitos cometidos por Karadima.
El médico dijo que el hecho de que el sumo pontífice tuviera que encargar a Scicluna las indagaciones se debió a que "Ezzati y Errázuriz son dos viles delincuentes que son capaces de engañar incluso al Papa”.
Hamilton aclaró que el asunto sobre los abusos lo conoció el Vaticano cuando él y otras de las víctimas hicieron la denuncia a la Santa Sede.
El enviado papal, que se encuentra desde el lunes en Santiago, permanecerá en el país hasta el viernes para recoger los testimonios de quienes acusan al obispo Juan Barros y ahora a otros miembros del clero de haber presuntamente presenciado y encubierto los abusos sexuales contra menores cometidos por Karadima, sancionado por la Santa Sede a un retiro de por vida de sus funciones.
"He venido a Chile enviado por el Papa Francisco para recoger informaciones útiles concernientes a Monseñor Juan Barros Madrid", dijo Scicluna en un breve saludo en español en la sede de la Nunciatura Apostólica en Santiago de Chile.
El prelado no respondió preguntas de la prensa, responsabilidad que asumió el vocero de la Conferencia Episcopal de Chile, el diácono Jaime Coiro, quien señaló que varios de los denunciantes solicitaron que sus identidades se mantuviera en el anonimato. Algunos incluso llegaron en automóviles con vidrios polarizados para evitar ser reconocidos.
"No vamos entregar ni número de personas ni nombres (de los que acuden a ver a Scicluna)". "Éste es un proceso de escucha. Esto no es un tribunal y no es un auditorio, es una sesión, es un encuentro", aclaró Coiro.
El arzobispo maltés "está disponible también para recibir durante estos días y después de estos días aquellos antecedentes que quieran hacerle llegar directamente en un sobre dirigido a su nombre a la Nunciatura Apostólica", agregó.
Scicluna llegó desde Estados Unidos, donde el sábado se reunió en una parroquia de Nueva York con el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del cura.
Barros, de 61 años, es actualmente el obispo de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, designado por el propio papa Francisco en 2015.
Desde su llegada al cargo, feligreses de la zona han demandado su renuncia con algunas manifestaciones en las que incluso ha tenido que intervenir la policía.
El polémico caso del obispo de Osorno, de 61 años, cobró mayor relevancia después de que acompañara al papa en todas las misas que ofició en Chile, en el marco de la gira pastoral entre el 15 y el 18 de enero pasado.