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Chicos Buenos
Jacob Tremblay apenas cumplió 13 años de edad la semana pasada pero a esa edad ya puede presumir haber trabajado con ganadoras del Oscar y haber protagonizado una de las comedias más taquilleras del año.
Esto porque después de haber trabajado junto a Brie Larson en la cinta que le dio a la actriz su primer Oscar en el 2015 por “La Habitación”, de Lenny Abrahamson, y como el hijo desfigurado de Julia Roberts y Owen Wilson en la lacrimógena “Extraordinario” (Stephen Chbosky, 2017) el joven actor de origen canadiense fue el protagonista junto a otros actores de su edad la comedia “Chicos Buenos”, ópera prima como director de cine de Gene Stupnitsky, nominado a varios Emmys por su exitosa comedia televisiva “The Office” y que estrenada a mediados de agosto en los Estados Unidos en su primer fin de semana con su recaudación de poco más de 20 millones de dólares no sólo recuperó en tres días su inversión justo de esa cantidad sino llegó a cuadruplicarla al llevar a la fecha casi 90 millones en taquilla.
En nuestro país, irónicamente, al estrenarse con casi dos meses de diferencia y en medio de estrenos como los de la aplastante “Guasón”, de Todd Phillips, y el esperado estreno de este fin de semana de “Maléfica: Dueña del Mal”, de Joachim Ronning, “Chicos Buenos” (“Good Boys”) ha pasado casi inadvertida en la cartelera tanto nacional como local cuando es la comedia perfecta para reír de principio a fin con las vivencias de unos chavos de sexto grado en su despertar al sexo y la vida en general, una situación con la que cualquiera de nosotros puede identificarse por haber pasado por esa etapa independientemente de que vivamos otros tiempos muy diferentes a los que a los adultos de mi generación y de más arriba nos tocó vivir.
Dicho esto, si bien “Chicos Buenos” nos presenta las peripecias de un chico de 12 años de nombre Max (Jacob Tremblay) y sus dos mejores amigos, Lucas (Keith L. Williams) y Thor (Brady Noon), quienes están justo en el paso de la niñez a la adolescencia y en lo que se preparan con todo el morbo que implica el asistir a su primera fiesta con chicas donde entre otras cosas se anticipa un concurso de besos, aprovechan la ausencia del padre de Max (el comediante Will Forte) para jugar con un dron de su propiedad … pero justo cuando están en el intento de espiar a sus vecinas más grandes se los quitan y amenazan con no regresárselos hasta que les encuentran el punto débil: su adicción a unas drogas.
Es así como combinando ahora sí que el sexo, las drogas y el rock and roll, y bajo la supervisión de los productores de un éxito similar de hace poco más de una década como lo fue “Superbad” como Evan Goldberg y el actor Seth Rogen, entre otros, “Chicos Malos” si bien se mueve en lo que conocemos como una película “de fórmula” cumple cabalmente con su objetivo de divertir apoyándose en la frescura de sus jóvenes actores encabezados por el mencionado Jacob Tremblay, quien sigue su carrera ascendente en el universo hollywoodense y tan pronto como el próximo mes podrá ser visto también en la no menos esperada secuela de “El Resplandor”, “Doctor Sueño”, de Mike Flanagan.
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