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Clase media baja, clave económica nacional
“La clase media baja es la clave económica nacional”, señala el doctor Heriberto López Romo, director del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS). Afirma que el nivel socioeconómico tiene que ver con bienestar, es decir, qué tan satisfechas están las necesidades familiares, no sólo el ingreso. Pertenecen a la pobreza por su patrón de gasto, pues reciben poco ingreso, tienen la capacidad de entrar al comercio formal o informal y aspiran a vivir.
Lograr que se incorporen más personas de la pobreza a la clase media baja significa que al llegar ingresos mensuales que antes no habían contado – en la supervivencia han demostrado – son capaces de generar una microeconomía, un mercado interior que favorece al País con el comercio y compra de bienes, que estas personas desde su nueva realidad serían un motor económico desde su localidad.
Como segmento clave para la transformación económica nacional requieren de verdadero impulso que les brinde oportunidad con elementos a su alcance, que les permita un cambio positivo e irreversible en su realidad, no con tramposos programas pensados para asegurar el clientelismo político, la bolsa hacendaria y el “enriquecimiento inexplicable” de los funcionarios que roban a los que juraron servir.
En medio del sándwich social, entre los que recién dejaron la pobreza y los de la clase media baja, está la clase media que perdió solvencia y tranquilidad para plantearse y alcanzar nuevos objetivos. Vive serios aprietos; suda la gota gorda para mantener a sus hijos en la escuela, la prepa, la universidad; resiste a duras penas el impacto de ser causante cautivo en el pago de impuestos, gasto corriente con alza inmisericorde en servicios básicos, así como el disparo en los precios de la gasolina, gas y electricidad.
“La pobreza será una constante para 57 millones (de mexicanos) en 2017”, la revista www.forbes.com.mx lo publicó en enero del año pasado.
Dato al margen. Luiz Inácio Lula da Silva, en cinco años de gobierno, sacó de la pobreza extrema a 40 millones de brasileños. Hoy está a un paso de la cárcel por su relación con Oderbrech, empresa conocida no sólo en Brasil sino en todo el mundo por su alto grado de corrupción para conseguir contratos.
Aquí mucho Oderbrech, beneficiados impunes en la cúpula sexenal; nula investigación… eso sí.
¡Decídete a ser feliz hoy!
@_A_lfonsina