Claudia Berrueto: la poeta silenciosa

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Claudia Berrueto: la poeta silenciosa

Foto: Vanguardia/ Archivo

Mujer que se guarda en el silencio. Poeta de oficio y corazón. Poeta de la intimidad y la pulcritud.  Saca versos del fondo de la alacena materna y del fondo de los mares. Es una joya que brilla en esta ciudad con un fulgor casi siempre oculto porque se guarda en el sitio perfecto: en el sitio de la escritura, en el sitio donde ocurre la poesía.  Huye a las redes sociales, usa mejor su tiempo. Escribe y vive. Vive y escribe.

Su trabajo en la poesía, es como el trabajo de la mar: pule los versos hasta dejarlos suaves en su dureza, en su ardor, en su desconsuelo, en su propia historia. Sus poemas son altamente trabajados, los trabaja como lo hace la mar: cantos rodados.

Tengo en mis manos un libro pequeño que compré hace casi un año. Es el libro más reciente de Claudia, titulado “Sesgo”. Tiene una edición de belleza sencilla y evidente, como ella es. Y fue publicado por Ediciones Sin Nombre en colaboración con el Instituto Municipal de Saltillo, en junio de 2015.

Al abrir su poemario de portada encendida, nos recibe un epígrafe de Emily Dickinson: “(…) no hallamos cicatriz, / sino diferencia interna. Hay un sesgo de luz”. Es desde esta alta escuela de la poeta norteamericana, que escribe Claudia.

Su libro se consigue en Acequia Madre. Y creo que ha sido uno de los mayores logros editoriales par a la literatura en Coahuila. Como muestra, les dejo un poema dedicado a su hermano Carlos: “Ni cuando serví café en mi diminuta vajilla / y nuestros padres nos midieron los pies / con desconsuelo en la mirada / eligiendo los zapatos como quien elije un camino // ni cuando mis manos entraron en la nieve por primera vez / para atacarte con blancura en el patio / tampoco durante la lluvia / que nos sosegaba después de pelear / menos aún cuando la licuadora era el tablero de nuestra nave / y la mermelada era servida en taza // nunca / cuando rodamos los días sobre los diablos de la bicicleta / mientras demonios reales se apoderaron de nuestra infancia / y te oí llorar sin darte consuelo / no lo logré / llegó todo y todo se fue / y jamás hermano / pude mirar al mundo con ojos de niña “

Claudia es una suerte de joya escasa. Su voz poética es poderosa, como la mar que no se anuncia, solo está. Eso es suficiente. Es licenciada en letras españolas por la Universidad Autónoma de Coahuila y ha sido becaria en la Fundación para las Letras Mexicanas. En 2009 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Tijuana,  y obtuvo dos veces la peleada beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en dos ocasiones.

Sus poemas siguen en curso. Y sus lectores tenemos dos libros para conocerla, poemarios de fino tramado: Polvo doméstico (2009) y Costilla flotante. Antología personal (2013).

Hace tiempo que debí haber escrito este texto sobre ella, sobre su delicada charla, sobre su solidaridad con las causas justas, sobre su trayectoria, pero había prestado su libro y hace apenas un par de días, por fortuna, ha vuelto a mis manos. Así que hasta hoy, con sumo placer he podido transcribir uno de sus poemas.
“Sesgo” es uno de los tesoros literarios que guardo con placer en mi pequeña biblioteca. Y más, tengo la suerte de conocerla y de haberla escuchado leer.

Claudia Berrueto, a pesar de su juventud, es una de las poetas mayores de Coahuila. 
claudiadesierto@gmail.com