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Cómo matar a un esposo muerto
No esperaba ver una variante de la estupenda comedia sobrenatural “La muerte le sienta bien” (Robert Zemeckis, 1992) porque ni Mara Escalante es Meryl Streep ni César Evora es Bruce Willis.
Todavía esperé mucho menos al leer que los créditos principales los iniciaban, inclusive antes de los mismos actores, su guionista o el mismo director, los diversos productores que la cinta tuvo, eso sin contar con la mención llenando toda la pantalla de una institución bancaria que fue por lo visto uno de los grandes patrocinadores de una no sólo de las peores comedias mexicanas del 2017.
Nos referimos a “Cómo matar a un esposo muerto”, el primer vehículo estelar (y quizás el último) de la comediante televisiva Mara Escalante, quien luego de haber hecho divertidas intervenciones como la mamá de Ricardo Abarca en la exitosa “Qué culpa tiene el niño” (Gustavo Loza, 2016) y de Ximena Ayala en “El tamaño sí importa” (Rafa Lara, 2017) demuestra en esta comedia que siendo contenida por un buen director puede ser graciosa y caer bien, porque si no …
Y es que después de los mencionados créditos iniciales, la primera vez que vemos a Mara Escalante en “Cómo matar a un esposo muerto” es haciendo una imitación de Beatriz Adriana cantando el corrido de la saltillense Rosita Alvírez vestida como “La India María” junto a sus dos hijas a las que llama “las chingaderitas” en el jardín de una casa que no sabemos de quién es hasta que les dice que tiene que ir a un lado, acto seguido se presenta diciendo leperadas e insultando a su esposo Germán (César Evora) en un campo de golf para reclamarle su engaño extramarital al estar presente con su otro frente entre otros “distinguidos” miembros de ese lugar.
Germán, por los pocos datos que se nos dan al espectador, es socio junto a su hermano Fernando (un muy desaprovechado Eduardo España), de un bufete de abogados en donde al parecer les va tan bien que en lugar de dedicarse o lo que deben utilizan sus oficinas como cuartos de motel, y al saber que Carolina (Escalante) se ha decidido a divorciarse y quedarse con sus hijas, como según ellos en México “las leyes se inclinan por las mujeres” se las ingenian para quitárselas en lo que ella trata de independizarse con sus dos mejores amigas con quienes ha puesto un café.
En ese proceso a Germán le da un infarto fulminante y muere, pero en el mismo cementerio en donde Fernando le informa que Germán le ha dejado la tutela de sus hijas siendo su único pariente en caso de morir, encuentra el rápido consuelo de un pianista que visita la tumba de su esposa muerta de nombre Roberto (el actor también de origen cubano César Evora) quien le ayudará a Carolina, cuando menos como apoyo moral en la pelea judicial que a partir de ese momento libra contra su cuñado, a pasar con menos penas el trance.
“Cómo matar a tu esposo muerto” es la clara muestra de cuando un director como Conrado Martínez, con mayor experiencia televisiva en mejores seriales como “Drenaje profundo” y “La Teniente”, en lugar de ver las amplias posibilidades que una ventana cinematográfica pudiera tener para una buena comedia, se limita a una comedia de situaciones que el único plus que tiene por encima de “María de todos los Ángeles” son las leperadas y una historia sin principio … ni final.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo