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Contacto en El Principal
Un día antes, recibí su llamada. Apareció una riada de dígitos interminables en mi pantalla. Era número norteamericano. Del otro lado, la voz recia, fuerte de don Carlos Juaristi Septién, ex Secretario de Gobierno de Coahuila. Apenas y con poco tiempo por motivos familiares y personales, estaría en Saltillo para desahogar compromisos y, quería almorzar con este escritor. Acepté de inmediato. Entregado de tiempo completo a la lectura y escritura, no tengo mayores afanes y agradezco cuando amigos como don Carlos me buscan, para así salir de mi residencia y mi enclaustramiento como monje trapense. Quedamos de almorzar en el Mesón del Principal.
Atildado en el vestir, negro riguroso con un saco plateado con motivos oscuros, apenas me vio en el umbral, me acercó su mano y nos abrazamos. Carlos Juaristi forma parte de esa camada de viejos políticos los cuales le “sabían” a su oficio. Justo cuando éste fue Secretario de Gobierno, yo me fui al DF y luego, a Monterrey. Aunque todo mundo lo sabe, seguía escribiendo en el tabloide del editor José Guadalupe Robledo. A partir de mi reencuentro con esta ciudad, a la cual detesto y amo por igual, regresé iniciando milenio (2000), incorporándome al tabloide Espacio 4 y claro, VANGUARDIA. Y aquí estoy, feliz de colaborar con mis textos si de algo sirven. Fue entonces cuando la palma generosa de don Germán Froto y Madariaga me acercó la de Carlos Juaristi. En alguna comida y charla, el magistrado Froto me comentó que su servidor tenía a un buen lector en Estados Unidos, en San Antonio, era don Carlos. Dijo que éste pronto vendría a la ciudad y que si podíamos comer los tres contertulios. Así fue.
Desde entonces, no recuerdo qué año, al intercambiar números de teléfono y parabienes, Carlos Juaristi seguido me llama desde su residencia gringa, para comentarme lo escrito por mi pluma y publicado en estas páginas. No falta su llamada fraterna en fechas especiales como Navidades, Año nuevo y cumpleaños.
Insisto, al final de cuentas éste pertenece a esa casta y linaje de políticos bien curtidos los cuales hoy, están ausentes del vecindario. Mire usted en que desorden está convertido el Estado. Respetuoso de la forma personal de ejercer el poder de la clase política actual, Juaristi Septién se muestra cauteloso en sus comentarios, pero sus aristas son puntillosas e inteligentes. No voy a cometer la infidencia de contar aquí sus opiniones, pero es toda una escuela este maestro. Fueron tres horas de charla las cuales agradezco.
Esquina-bajan
Ojos vivaces, inquietos, de voz ronca y precisa, Carlos Juaristi disfrutó de un buen té de hierbas finas, mientras este escritor pedía su acostumbrada Coca Cola con hielo, par de huevos estrellados, tocino frito a un lado y frijoles de la olla. Con esta dieta voy a ir a la tumba, pero ¿quién no se va a morir en este mundo? Don Carlos rió de buena gana y dijo que él y por levantarse tan temprano para llevar a sus nietos a la escuela, ya había almorzado. Conocedor de los entretelones de la política nacional y comarcana, la charla derivó, como no, a la agitación política que causó la detención de Humberto Moreira en España. El día que lo vi, aún no se sabía ciencia cierta de su futuro. Todo era especulaciones. Le pregunté del impacto de la noticia en Estados Unidos. Asintió con su mirada con ojos como lluvia maciza.
¿Lo notó lector? Con esta clase política ahora ausente de Coahuila, se podía platicar, dialogar, llegar a acuerdos, intercambiar barajitas, respetarse, aprender. Hoy, Coahuila fue y es tierra de un clan (Los Moreira) los cuales utilizaron a tal grado su guadaña en el campo de trigo de las ideas, que a cualquier interlocutor político, empresarial, periodístico, conforme sacaban la cabeza un palmo más arriba que ellos, lo segaban. Todo es discrecional y las leyes se manejan a su antojo. Aún no se sabe de los malos manejos que en teoría, dejó en Agricultura, Noé Garza Flores. Alfio Vega, actual titular, sólo recibe órdenes. No tiene voz ni voto. Menos ideas.
A la Secretaría de Desarrollo Rural de Vega le recortaron 24% de su presupuesto con respecto al año 2015. 104 millones menos de inversión. Aunque, claro, su nómina obesa sigue igual. Mejor dicho, aumentó. Pasó de ejercer 41 millones 953 mil pesos, a 42 millones 75 mil pesos. ¿Entonces para qué el cambio de un titular por otro? Simplemente porque el Gobernador lo ordenó, así de sencillo. Y si usted recuerda lector, cuando Noé Garza andaba dejando la arca del Gobierno estatal, el Secretario de Gobierno lo acusó de estar “loco.” Caray, este es el nivel de “debate.”
Letras minúsculas
¿Qué es la política? El arte de la conversación. Con Carlos Juaristi disfruté tres horas de grata charla.