Tardan en llegar los 270 votos que dan el gane.

Aunque solo falten seis. El voto anticipado y el voto por correo requieren varios días porque, por la pandemia, muchos votaron desde casa.

Ni los estados chicos ni los grandes llegan al conteo del último voto. Siguen llegando y se angostan los márgenes de totales en competencia. Ya uno anuncia recuento por mínima diferencia en sendos resultados.

Se tiene que señalar una fecha tope para que ya se vayan concluyendo los conteos prolongadísimos.

Mientras tanto. Un candidato muestra serenidad, paciencia y esperanza de triunfo mientras el otro asegura que ya ganó, aunque ninguno de los estados finales anuncie que ya terminó de contar. Además ya no quiere conteos e insinúa qué hay irregularidades y hasta fraude en el proceso.

Los más observadores presienten que vendrá el gane para los demócratas con la inconformidad de los republicanos. Casi nadie espera un reconocimiento de la victoria ajena por quien se vea ya como perdedor enrojecido.

En época de drones y de robots se ve obsoleto e inoperante un sistema de electores por estado, aportando al candidato ganador todos sus votos asignados, de acuerdo con la densidad poblacional. Se ve una democracia atrapada en que las mayorías locales se privilegian y se imponen sobre la mayoría absoluta de la auténtica condición nacional. Se dan así casos en que los menos, no los más, otorgan el mandato y asignan la victoria, lo cual no huele a fragancia sino a tufo “democrático”.

No parece uno perder ante el otro sino ante el deficiente sistema que prescinde del voto popular mayoritario.

LAXITUD PRO-VIRUS

Está salpicado el mapamundi de laxitudes permisivas de muchos infectables. Tumultos, proximidades, omisiones quieren adelantar una normalidad que no es norma sino libertinaje y omisión, inobservancia y exposición voluntaria a contagios evitables.

Por eso las olas, las intensificaciones y los rebrotes. Esperemos que no se presenten también modalidades más infecciosas en mutaciones de la molécula invasora.

Además de las vacunas que están a prueba con voluntarios, llaman la atención los descubrimientos de mejores protocolos en el cuidado de las gravedades. También los recursos naturales para evitar que se contaminen las células pulmonares y, últimamente, las exitosas investigaciones de bióloga mexicana acerca de cómo evitar que las proteínas virales sean atraídas por los receptores celulares. Se intenta suprimir esa atracción y así evitar la penetración viral al organismo.

DESACUERDO NO ES FOBIA

Es notable la declaración defensiva del nuevo Cardenal Arizmendi frente al comentario del diario El País, en que se le acusa de ser homófobo.

Aclara que no estar de acuerdo con acciones antinaturales, no con tendencias u orientaciones, no es fobia u odio a la persona sino desacuerdo con la conducta esencialmente desordenada. Que la persona siempre merece la atención psicológica y espiritual y la estima a su dignidad como persona.

La misma actitud se tiene hacía alcohólicos, drogadictos o adúlteros. Son amados como personas pero el desacuerdo con su conducta es también una expresión de amor auténtico...