Los Padres Ayitzinápeos
tienen en jaque al Gobierno:
cuatro años que al presidente
Peña van cargado en peso.

Quieren vivos a sus hijos
en el país de los muertos;
ellos no entienden razones
ni se conforman con menos.
Junto a los neozapatistas,
se granjearon el respeto
de hampones y de sicarios,
no sólo de los maestros
que gobiernan a trasmano
en Oaxaca y en Guerrero,
desafiando a los políticos
y a los mandos del Ejército.

Si hay minas de uranio en Chiapas,
es cosa que no sabemos,
pero allí también gobierna
el huraño magisterio.

Ay, Normal de Ayotzinapa,
escuela de guerrilleros,
tu pandilla humanitaria
mantiene en jaque al Gobierno.
Desde Ginebra a La Haya
has cargado a Peña en peso,
triturando su apellido
y la flor de su sexenio.

Los Padres Ayotzinápeos
primero serán abuelos
sin que les haga justicia
ese señor Peña Nieto.
Madres de Plaza de Mayo,
miraos en este espejo:
para guerrillas mediáticas,
tomad lección en Guerrero.

No defendáis el aborto,
madres y abuelas: respeto
pido yo para estos Padres
y lo que están exigiendo.
Los peritos argentinos
armaron un bello incendio,
con los folios burocráticos
que echaron al basurero.

Ya los Padres peregrinos
depredaron el terreno,
vagan por todo el país,
son héroes de los medios.
Su autobús es un obús
y Peña su blanco y centro;
qué escritor o intelectual
duda de sus sentimientos.

Les pondrá estatua la OEA,
si es que ya no se la ha puesto.