Si el Gobierno de Nuevo León ofreció las perlas de la virgen a los coreanos de KIA para que aterrizaran en Pesquería, el Gobierno de Coahuila prometió el oro y el moro a los coreanos de Yura para que se instalaran en Torreón.

Pero existe una diferencia fundamental: mientras los neoleoneses perdonarán durante cinco años a KIA el 95 por ciento del Impuesto Sobre Nómina (ISN) como incentivo, los coahuilenses condonarán a Yura el 100 por ciento del gravamen ¡de manera vitalicia!

La cifra subsidiada, que comprenderá todos los años en operación de la fábrica, es matemáticamente incalculable pues no se sabe cuánto tiempo permanecerá ésta en La Laguna. Dicho de otra forma: durante un plazo indeterminado Gobierno del Estado dejará de recibir varios cientos de millones de pesos a razón de ISN.

Entonces habrá salido más caro el caldo que las albóndigas.

Hagamos un ejercicio para dimensionar. Por concepto de ISN, en Coahuila se descuenta un dos por ciento mensual del salario (y demás rendimientos) del trabajador. Tomando en cuenta que habrá en Yura cuatro mil empleados (KIA, en cambio, estima 14 mil fuentes de trabajo), promediando entre directivos y operarios una retribución de 10 mil pesos al mes, en un año deberían contribuir nueve millones 600 mil. Así, en 25 años, 240 millones de pesos.

Y al ser perpetuo el estímulo, como se dijo líneas arriba, no hay un límite visible.

¿Le parece poco?

Ahí no acaba el asunto. A fin de que los asiáticos de Yura eligieran Torreón, Gobierno del Estado se comprometió a pagarles hasta el alquiler de sus casas. No es broma.

A través del oficio UT/028/16 la Secretaría de Desarrollo Económico, Competitividad y Turismo (Sedect) informó a quien esto escribe que, dentro de las compensaciones acordadas, contempla un “apoyo en el pago de la renta mensual durante dos años”, sin especificar a quiénes ni el monto total, fiel a su costumbre de transparentar las cosas a medias y a la fuerza (originalmente habían clasificado el “convenio de concertación de objetivos” entre ambas partes como “reservado” a fin de no publicarlo).

Sin embargo por separado, vía una solicitud de acceso a la información dirigida al Ayuntamiento de Torreón, se pudo conocer que fueron hospedados en Residencial Montebello, la zona más exclusiva de la ciudad, y que los gastos han sido cubiertos extrañamente por la Presidencia Municipal cuando no era ésta la obligada (VANGUARDIA, 19/05/16).

Asimismo el Gobierno de Coahuila subsidiará “el pago de derechos ante el Registro Público”, que no es poca cosa, además de donarle un terreno de 10 hectáreas para la construcción del edificio y cederle cinco mil kilovoltios amperios (KVA) a la empresa. Una vez más, sin detallar los periodos de ministración de la energía eléctrica.

Por si fuera poco incluye un “apoyo para entrenamiento en el extranjero”, lo que sea que eso signifique, cueste y abarque.

La Sedect justifica los alicientes fiscales en dos premisas: “años sin recibir una inversión de tal magnitud”, y que ésta “representa un detonante para Torreón”.

El fenómeno, por tanto, es evidente: un Gobierno haciendo cualquier cosa con tal de impulsar a una comarca y, por consecuencia lógica, a un alcalde: Miguel Riquelme.

Cortita y al pie

Yura destinará 53 millones de dólares a su establecimiento en Torreón, a decir de la Sedect. A qué se dedica (“fabricación de arneses de cableado y otros componentes eléctricos y electrónicos para vehículos”), en este caso, es lo de menos.

Aunque actualmente sólo ha creado dos mil 700 empleos directos (aún no inauguran la planta pese a que ya trabajan al 50 por ciento de capacidad), según el boletín oficial generará cuatro mil. Puede ser. A qué costo, es la pregunta fundamental.

Ahí es donde la puerca tuerce el rabo.

La última y nos vamos

¿Cuánto le está costando a Coahuila, más allá de lo aparente y cuantificable, el empecinamiento de su Gobierno por acaparar las inversiones en Torreón?

¿Sería más redituable llevarlas a cualquier otra región?

Lo que pareciera una noticia estupenda, un logro económico magnificado por las cantidades en dólares (billetes que no tocan directamente los bolsillos de los laguneros, justo es decirlo), se puede convertir a la larga en un agujero a las débiles finanzas de la entidad. Ojo.

@luiscarlosplata