El Real Madrid, que tuvo que improvisar centrales, fue implacable en el duelo de ida en los cuartos de final y derrotó 3-1 a un Liverpool que pasó de noche. 

El cuadro merengue amaneció con el Covid-19 de Varane y Zidane tuvo que jugar con Nacho y Militao, por lo que se pensaba que el Liverpool aprovecharía la falta de los titulares para irse con todo al frente pero ocurrió todo lo contrario.

Durante los primeros 45 minutos, el Real Madrid fue el amo y señor del encuentro y lo capitalizó con un par de goles. El primero al minuto 27 de parte de Vinicius, con una obra de arte.

Toni Kroos le puso medio gol con un pase desde el área merengue y el delantero brasileño se acomodó el balón con el pecho para rematar y doblegar a Alisson. 

El gol motivó al cuadro merengue a seguir buscando la portería y al minuto 36, Asensio aprovechó un error de Trent Alexander-Arnold, que dejó un balón muerto en el área para conseguir el segundo tanto. 

En la segunda mitad, Liverpool despertó de su letargo y de la mano de Mohamed Salah al 51', lograron acercarse. Ese gol fue un premio que no merecía del todo. 

Tras el gol, comenzó a mejorar la maquinaria roja, pero no contaban con otra desatención en defensa que terminó en el segundo gol de Vinicius. 

El brasileño recibió en el área penal un pase de Modric para disparar y a pesar de que Alisson tocó el balón, no lo pudo despejar y fue el tercero del Madrid.

En el ocaso del partido, Liverpool volvió a irse al frente, pero el juego quedó casi sentenciado a favor del cuadro merengue, y más por lo mostrado por el conjunto inglés.