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De ’Wanabe’ a Gobernador: Coahuila 2017
“Échele otro precandidato priísta a la licuadora, para ver si así, sale uno bueno”.
Anónimo
¿Cuál de los precandidatos priístas dejaría de ser un “wanabe” para convertirse en gobernador? ¿Abramo, Flores, Guerrero, Gutiérrez o Riquelme?
Dejo en manos de usted, amable lector, esta decisión, que no por temprana es necesario madurar. ¿Cuál de ellos, piensa usted, tiene el perfil para superar los siguientes retos de manera exitosa?
Sobre la megadeuda:¿Cuál de ellos cuenta con la experiencia, capacidad e integridad moral para conducir un gobierno austero, transparente y rendidor de cuentas? ¿Cuál aseguraría una política de mayor recaudación sin subir impuestos? ¿Cuál diseñaría una política financiera acorde a las exigencias de Moody’s o Standard &Poor’s, las calificadoras internacionales?
¿Cuál, considera usted, mantendría a la alza la inversión nacional y extranjera para diversificar el desarrollo económico de las distintas regiones? ¿Cuál mejoraría la competitividad laboral de nuestros trabajadores en función del magro salario y poca capacitación que reciben?
Si la explotación del gas dhale transformaría el patrón de industrialización de Coahuila; entonces, ¿cuál de ellos tendría la capacidad de mediar entre los intereses económicos del Grupo México y del Grupo Acerero del Norte y defender, a la vez, el derecho humano de los coahuilenses a tener un medio ambiente seguro y saludable?
¿Llevaría alguno de ellos, la Ley de Transparencia y Rendición de Cuentas, que es referente nacional, hasta sus últimas consecuencias? Con un ICAI fortalecido en su autonomía y Consejos Ciudadanos (no patito) que actúen como veedores de la ciudadanía en Obras Públicas, Desarrollo Social, Urbano y Fomento Agropecuario, por ejemplo.
Por si lo anterior fuera poco, ¿qué harían ante un doble reto crucial?: Mantener las 24 horas del día la lucha contra el narcotráfico y crimen organizado, sin ignorar la defensa irrestricta de los derechos humanos de los coahuilenses, de los migrantes y de los desaparecidos, también.
Y de pilón: ¿Cuál de ellos tiene en su ADN político, los valores del respeto, la tolerancia, la apertura y la inclusión respecto a la participación ciudadana? ¿Cuál de ellos ama a Coahuila más allá de sus intereses personales o grupales? ¿Cuál reinventaría a su amado Coahuila?
¿Cuál precandidato palomearía usted, apreciado lector, para que deje de ser un “wanabe” y sea gobernador? ¿A Jericó, Hilda, Javier, Alejandro o a Miguel?
Usted decide. No lo olvide.