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Debates con tarjetas de arbitraje
Gol de gane para Santos.
Temblor de Guerrero en la CDMX y debate de candidatos en Tijuana. Todo en un mismo domingo de Pentecostés. Tres alianzas partidarias y un hombre independiente, después de la renuncia femenina a ese tipo de candidatura.
Preguntas numeradas de ciudadanos fronterizos presentes. Y tiempos para respuestas y réplicas. Con conductores sobreactuados que no sólo preguntaron sino invadieron, con diagnósticos verbales, el tiempo disponible para respuestas y réplicas.
Se salpicó el evento con alusiones recíprocas acusatorias a conductas personales de los debatientes, más que con crítica directa a propuestas por insuficiencias. Se llegó al denuesto, a la burla, usando calificativos hirientes. Una comunicación de menosprecio y descalificación hizo tropezar el debate, cuyo objetivo era contrastar procedimientos, estrategias y tàcticas frente a la problemática nacional ante el mundo.
Quizá el perplejo aumentó su perplejidad, el inseguro no superó su inhibición y los ya adeptos y decididos tal vez fijaron su inmovilidad.
No estaría mal, para el próximo debate, establecer una norma para evitar todo ataque intersubjetivo y ceñirse a poner en comparación u oposiciòn sus planes y proyectos y sus métodos para hacerlos realidad.
Podría llamarse coloquio en vez de debate para no quedarse en un nivel de competencia a ver quién gana sino que los futuros votantes pudieran ver dónde hay más solidez, y mejor proceso para obtener resultados valiosos en los campos señalados.
En el futbol hay tarjeta amarilla y tarjeta roja, hay silbatazo que detiene la acción. En un buen arbitraje, no se tolera lo que no se permite en el reglamento. Habría que incluir alguna señal audiovisual que indicara en los debates, al que tiene la palabra, que ya se salió de la cancha temática o hizo un contacto violento con su adversario. No se debaten personas, personalidades o conductas sino las futuras formas de gobierno que se proponen.
Es aplaudible es esfuerzo por encontrar formatos cada vez más democráticos. De todos es la tarea....