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“Debemos ser tiernos con la discapacidad, más no generar lástima”, asegura Adriana Macías
ACUÑA.- Realizar acciones cotidianas que contribuyan a enfrentar la vida al igual que cualquier ser humano a un discapacitado, con retos, tropiezos, metas y con un proyecto, es lo que le corresponde a la sociedad en su conjunto, aseveró la escritora y conferencista, Adriana Irene Macías Hernández.
Nacida en la Ciudad de México, pero radicada en Guadalajara, destacó que en el apoyo de la familia para una persona discapacitada debe prevalecer la ternura más no la vergüenza o lástima.
“La ternura es un sentimiento que está en extinción hasta usarlo como ofensa, como sinónimo de debilidad cuando debe ser la fortaleza, la protección y seguridad, el arrope de la familia, del semejante para enfrentar la vida”, mencionó la también licenciada en derecho.
Refirió que por encima de todo se debe aceptar el problema de la discapacidad cuando se presenta en algún miembro de la familia o en uno mismo, luego basado en los valores se debe convencer de que la actitud, el ímpetu y la inteligencia con la que se actúa son la fórmula del éxito.
Aseguró que México es un país con mucha disposición, entusiasmo e intención para con la discapacidad y prueba de ello son los tantos eventos que se hacen y los centros de rehabilitación que se abren, pero lamentablemente la falta de cultura entre la sociedad le meten un freno.
“Necesitamos generar condiciones para que un discapacitado se pueda desarrollar como cualquier ser humano, en aspectos laboral, deportivo, emocional y en la medida de las posibilidades que realice su proyecto de vida, que pueda estudiar, casar, en fin. Eso sí es una maravilla y sólo se puede dar con cultura”, subrayó.
Puntualizó que el hecho de tener una discapacidad no garantiza que seamos felices ni tampoco lo limita, tan es así que hay chicos y chicas que teniéndolo todo se suicidan, por lo que es pertinente que las familias mexicanas trabajen en la actitud y valores para poder enfrentar los retos que la vida les presenta a los discapacitados, pero jamás generar desconfianza, incertidumbre, miedo y mucho menos lástima.