Del Paso, Premio Cervantes

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Del Paso, Premio Cervantes

Siento que a la siguiente noticia no se le dio el “vuelo” respectivo. Siento que a la siguiente información, le faltó en su momento titulares, “ocho columnas” y todo lo demás. Sí, lo que en su momento rodeó a Elena Poniatowska. 

Tal vez por que la segunda es un postre, un flan, comparado con el siguiente artista. El Premio Cervantes se le concedió en noviembre de 2015 a un sonetista, un novelista, un ilustrador, un ensayista difícil, duro para hincarle el diente, pero al final de cuentas, bueno como pocos, por ello es hoy Premio Cervantes: Fernando del Paso.

El siguiente es un lugar común para todo mundo: somos un País del tercer mundo; pero en materia literaria, somos de primera fila. Puede ser. Nuestra cultura es tan rica y vasta, como la pobreza de sus gobernantes y su falta de imaginación al momento de administrar a este vasto y bello País. ¿Ya lo notó lector? En una década, la última década en la cual usted y yo vivimos, ésta, de 2005 a 2015, de 11 Premios Cervantes concedidos (el “Cervantes” es el Nobel hispano de las letras), cuatro han sido para escritores mexicanos: Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y hoy, en noviembre pasado se anunció el galardón, a Fernando del Paso.

Los homenajes no se han hecho esperar. Lo merece el maestro nacido en Jalisco, pero trotamundos por elección y vocación. Uno de estos homenajes lo ha hecho su casa editorial, Fondo de Cultura Económica,  quien  ha publicado un número doble de La Gaceta, el 539 y 540 con motivo de la FIL 2015 y homenajear a su autor. Un número ya de colección. 
Para dar cuenta del inconmensurable Del Paso, escriben textos en su honor: Ilan Stavans, Alejandro Toledo, Claudio Magris, Giuliana Lundkvist, Adolfo Castañón, Angelina Muñiz, Rafael Vargas…

Todo mundo lo sabe, autor de un puñado de libros, sus novelas de proporciones centaureas son para disfrutarse y paladearse por semanas, si no es que meses o bien, de por vida. ¿Escritor sólo para escritores? Puede ser. Su lectura no es fácil, pero es agradecible que un autor le exija al lector. Del Paso lo hace. 

Sus libros, entre la ficción, la historia y el ensayo, pero al final de cuentas, novelas, son: “José Trigo”, “Palinuro de México” y “Noticias del Imperio”. Pero no están ausentes textos diversos como “Ripios y Adivinanzas del Mar”, “Viaje Alrededor del Quijote” y si mi memoria no me falla, un libro ya extraviado con el paso del imbatible tiempo, “Sonetos de lo Diario”, el cual  creo, lo recopiló o editó en su momento la editorial “Vuelta”. 

Esquina-bajan

Claudio Magris, ensayista y novelista italiano, editor nacido en Trieste, ha cincelado en oro un elogio encendido del mexicano: “Entre las tantas reelaboraciones literarias de esta vicisitud, la más grande es la poderosa —‘barroca, extravagante y desmesurada’— novela “Noticias del Imperio” del narrador mexicano Fernando del Paso, uno de los escritores más significativos de toda la literatura”. 

Magris sabe de lo que habla. Es uno de los escritores y editores vivos más precisos del mundo actual. Sus recomendaciones cuando elogia, causan que todos los reflectores vayan hacia el ente deletreado. El mismo Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.

Pero también, el maestro del Paso se ha dedicado a la práctica del periodismo. Sus colaboraciones han aparecido en medios de comunicación  como El día, Proceso, Interviú, Revista de Bellas Artes, Plural, Utopías. 

En un estudio introductorio que ha realizado para indagar en estos vericuetos de su obra, Elizabeth Corral Peña, en el volumen respectivo que agrupa estos textos “Obras III. Ensayo y Obra Periodística”, ésta dice: “(En aquellos textos) predominaron aspectos políticos, sociológicos, culturales y hasta gastronómicos”. El periodista como el novelista, lo indaga todo.

Ahora que escribo a vuela pluma estas atropelladas notas en honor al maestro Del Paso, recuerdo de no conocerle. Es decir e incluso, lo he leído poco y mal leído por cierto. Pero nunca he estrechado su mano y menos hablado con él. Recuerdo tal vez haberle visto de lejos en uno de los atestados pasillos de la FIL de Guadalajara en año pretérito. Pero nada más. El mejor homenaje, sí, como siempre, para leer a un Premio Cervantes, la antesala del Nobel, es leerlo. Leer al desbordante Fernando del Paso, para suerte nuestra, mexicano.

Letras minúsculas

Voy recordando un último título de él, que no tengo, “La Cocina de Fernando y Socorro del Paso”.