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Desuso, uso y abuso
La Ética a Nicómaco, de Aristóteles señala el centro virtuoso.
Los extremos son viciosos. En el centro está la virtud. Ni inhibición ni sobreactuación. Ni abstención ni intrusión. Ni desuso ni abuso al usar la fuerza.
La manifestación puede ser limpia y poderosa o destructiva y pintarrajeadora. Puede gritar y reclamar pancarteando o haciendo tomas y ocupaciones.
El Estado tiene la exclusiva en el uso de la fuerza. Eso excluye el desuso y el abuso. Una guardia solo espectadora es un extremo y lo opuesto se da cuando es represora y agresora. Ni solo espectadora sino con presencia de número y potencia. Puede avanzar a ser fuerza sin armas que solo resiste con escudos o aplicar una fuerza mitigada de agua a presión y en grado mayor usando gases lacrimógenos. El abuso intolerable es usar el arma de fuego contra la multitud.
Cuando hay tomas y ocupaciones de edificios por los más vulnerables y débiles se puede fácilmente caer en exceso violento si no se hace un desalojo sin lesiones, con presión enérgica que no lastime.
Fuerza usada sin violencia es vista por algunos como contradicción. Lo cierto es que requiere un entrenamiento intenso y prolongado hasta lograr desalentar violencias sin practicarlas.
Caminos legales y diálogo son puertas hacia el acuerdo. Si se cierran, queda la manifestación pacífica, potente y digna, sin ilegalidades ni descontroles. Es la convergencia de una doble educación del guardián y del manifestante. Para que aquél no atropelle ni este destruya o invada. Se daría entonces el encuentro civilizado de disidencia y orden, de exigencia firme y de resistencia humanizada.
ROJO ANARANJADO
Naranja enrojecido. Es el semáforo que confunde a los daltónicos y despista a los distraídos que ven de reojo o no quieren ver. Asistir sin aglomerarse. Quedarse saliendo y salir quedándose. Abrir y medio cerrar y cerrar dejando entrar. Ni muy muy ni tan tan. Es como la veladora: ni tan cerca que queme al santo ni tan lejos que no le alumbre. Son etapas intermedias titubeantes. En el tránsito el amarillo de precaución tuvo que acompañarse de parpadeo. Es fácil excederse: o mucha salud y escasa economía o mucha economía exponiendo salud. La autorregulación responsable es la madurez comunitaria en situaciones así.
TENSIONES MÚLTIPLES
En etapas de avance se dan tensiones en todos los ambientes. Hay tensiones familiares entre autoridad y libertad, entre machismo y feminismo, entre madurez y juventud.
Tensiones se dan en la vida pública entre el federalismo y el gobierno estatal. Tensiones entre ocio y negocio. Entre educación de pantalla y ocupación doméstica. Tensiones entre progresismo y conservación. Entre optimismos desbocados y pesimismos paralizantes.
Se dan entonces rupturas o aceleraciones hacia metas. La tensión puede hacer estallar el arco con una ruptura o lanzar la flecha rauda, en avance certero, hacia el blanco.
Todo avance, todo progreso requiere una progresiva tensión que deje los equilibrios de seguridad para encontrar, en medio de riesgos, un nuevo equilibrio de nivel superior y en posición adelantada. Desprendimiento y aventura abandonan instalaciones y raigambres para estrenar lo nuevo, lo libre y lo auténtico.
PACIENCIA, FORTALEZA Y ESPERANZA
Se aprende a respetar los tiempos y los ritmos de todas las leyes naturales. La paciencia es esa madura serenidad que no apresura ni empuja ni, mucho menos, suprime etapas necesarias para una marcha sólida y segura. Y la fortaleza es la actitud firme y recia que no se deja programar por debilidades internas ni por obstáculos externos. Abraza el esfuerzo inevitable sin quejumbres ni cobardías. Y es la esperanza la que vivifica e inyecta entusiasmo y alegría en medio de las tormentas y descubre las luces de los faros que llaman desde un puerto de llegada...