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Devolver la lamparita
Copa para franceses y aplauso para croatas.
La negritud francesa, de raigambre africana, fue velocidad y potencia, puntería y agilidad frente a la acometida intrépida y tenaz de los dos goles geniales de una
Croacia aguerrida, con combinaciones y avances sin tregua.
Los chubasquillos veraniegos siguen refrescando ambiente y la transición de cinco meses sigue su curso hacia la constancia de mayoría, con resultados del recuento oficial y la toma de posesión. Se hacen públicas las próximas propuestas de descentralizaciones y de cancelación de privilegios, intentando una austeridad republicana y reduciendo exagerados salarios de alto nivel e infladas pensiones expresidenciales. Se enlistan cancelaciones que evitan gastos excesivos.
El mundo se admiró del rescate, en Tailandia, de los niños futbolistas del equipo Jabalíes Salvajes que habían quedado atrapados, por inundación, en la cueva que exploraban. La operación subrayó el valor de la vida humana. Se quería que salieran todos los niños vivos de la cueva. Se comentó que el mismo empeño podría aplicarse para que, en todo el mundo, pudieran, vidas indefensas e inocentes, salir sin daño del vientre materno.
La deseada práctica generalizada de la honestidad y la remoción de la corrupción en todos los niveles no sólo suponen cambios estructurales que impidan los embudos de la desigualdad. Se requiere un cambio de mentalidad y de actitud, de hábitos y de relación en la comunidad ciudadana. Hay el riesgo que tiene quien estuvo mucho tiempo encadenado y que, ya sin cadenas, sigue juntando las manos como si aún estuviera sujeto.
Sucedió cuando se pasó de teatro a cine. Se seguían filmando las escenas como si estuvieran en un proscenio. Los actuales locutores deportivos, que se iniciaron en la radio, hacen a los televidentes descripciones minuciosas como si no estuvieran contemplando las imágenes del juego en la pantalla. Se corre el riesgo de que no haya transición en muchos comentaristas y opinadores y en mucha gente que no entra en proceso, de solo repetir las desconfianzas, las mordacidades y el humor sarcástico muy propio de etapas de simulación.
El mandato que dio la mayoría ha sido como una espada sin empuñadura que corta también la mano que la esgrime. Si se dijo “honestidad y no corrupción” se incluye una transformación cultural, psicológica y relacional totalmente innovadora. Si ya te bajaste de la bicicleta, es un error querer seguir pedaleando. Cada uno tendrá que sacar la mano del bolsillo de otro en que la tenía metida. Y habrá que devolverle la lamparita a Diógenes, que vino por estos rumbos buscando a un hombre honrado y se la desaparecieron...