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Hace un par de días fue el Día Internacional de la Mujer. La Organización de las Naciones Unidas presentó la frase con la que este año apoyó la causa: “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”. Con esta frase, colocan la innovación por parte de las mujeres y las niñas, para las mujeres y las niñas, en el centro de los esfuerzos para lograr la igualdad de género; esto según las palabras que publicaron en su portal de internet.
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Todo este discurso me parece puntual, exacto y necesario. Justamente el 8 de marzo, me tocó hablar al respecto en la radio y no pude más que expresar fuerte y claro que ninguna mujer merece algo por ser mujer. Del mismo modo que algún hombre o yo mismo merecemos nada por ser varones. Todos merecemos todo y tenemos los mismos derechos por ser personas. Y en el momento en que entendamos esa idea, podremos alcanzar verdaderamente la igualdad de géneros.
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Una igualdad que, evidentemente, todavía no se logra. O por lo menos no se logra de un modo completo. Basta ver a las mujeres que en el otro lado del mundo son obligadas a usar burkas y a callarse la boca o las miles de niñas violadas a diario y posteriormente desechadas como si fueran objetos de poco valor. Por esta terrible situación, es refrescante y esperanzador ver a voces como la de Yalitza Aparicio elevarse fuerte y claro para hacer conciencia en todos.
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Justo el Día Internacional de la Mujer, Plaza Sésamo lanzó un video en el que aparece Yalitza junto al personaje Abby Cadabby. En las imágenes, se puede ver a la pequeña marioneta maravillada por la gran cantidad de países que la mexicana ha visitado y que ambas observan en un globo terráqueo. Al final Yalitza invita al personaje a repetir la frase: “Si puedo imaginarlo, puedo lograrlo”. En realidad resulta enternecedor ver a la actriz combinando su nueva profesión con la que estudió en la Universidad: educadora infantil.
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Este tipo de acciones no es simplemente un modo de aprovechar la presencia mediática que Yalitza Aparicio tiene en estos momentos. Es en la educación de los niños en general y de las niñas en lo particular lo que logrará verdaderas transformaciones dentro de este tema. Si hacemos un ejercicio de reflexión profundo y honesto, entenderemos que la desigualdad de géneros, el machismo e incluso la misoginia siguen reinando en este mundo y provocando muchos problemas.
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Un ejemplo: las mujeres dentro del mundo del espectáculo se sienten obligadas a lucir jóvenes y radiantes aún y cuando ya hayan alcanzado la tercera edad. ¿Y los hombres? ¿Cuándo se ha visto que alguien le critique las arrugas a Harrison Ford? ¿O que alguien obligue a Tom Hanks a lucir una cintura súper estrecha? ¿A quién le ha preocupado que el Príncipe Guillermo de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión al trono, sea calvo? La respuesta a las primeras dos preguntas es: ¡jamás! La respuesta a la tercera es: ¡nadie!
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Pero las actrices van al cirujano a estirar su rostro hasta quedar irreconocibles, pasan hambres terribles hasta que su salud se ve afectada y empiezan a usar bótox y rellenos faciales desde jovencitas. ¿Ya vieron el “nuevo” rostro de la cantante Belinda? ¡Y sólo tiene 29 años de edad! Ésta grave diferencia respecto a lo que se exige en cuanto a imagen personal a hombres y a mujeres podría parecer una frivolidad, pero es justo el inicio de la terrible desigualdad de géneros que todavía existe en nuestro mundo.