Con un golazo de Rubens Sambueza, Toluca le pegó anoche otro golpe en el mentón a un Tigres que no despierta y que se hunde en su impotencia.

Toluca hizo su diablura en un Universitario. Le planteó un partido agresivo, táctico y que, con entrega e inteligencia, abortó todos los caminos de conexión de un cuadro felino que sumó su segunda derrota en fila y acumuló su cuarto partido sin anotar.

El campeón está en horas bajas. El francés André-Pierre Gignac está enemistado con el gol –lleva 11 juegos en torneo regular sin convertir-, colectivamente el equipo no responde, se le ve aturdido y ni siquiera el debut del chileno Eduardo Vargas fue una señal de cambio.

Tigres terminó acumulando riqueza individual en la zona ofensiva, pero no diversificó su modelo de juego. Ni los arrebatos de los minutos finales fueron suficientes para torcer un resultado adverso que, por futbol demostrado, ya estaba sentenciado.

Toluca ganó bien. Al menos, su andar se ajustó a una lógica. Hizo un tremendo desgaste en la primera etapa para neutralizar a Tigres –sobre todo por los costados- y lo consiguió.

De hecho, los primeros 45’ fueron intrascendentes. Fue un largo round dominado por una estéril lucha por el poder del juego, pero muy lejos de las porterías.
Apenas un tiro libre de Lucas Zelarayán que besó el poste derecho de Alfredo Talavera fue lo único que motivó a los aficionados a levantarse de sus asientos.

A pesar de la irresoluta etapa inicial, Toluca de vio mejor. Su mérito fue ofender a Tigres con un plan destructivo y reactivo, y con la amenaza de atacarlo en caso se descuidara.
Así fue que en una descolgada a los 71’, un tiro libre cerca del área felina, le quedó a modo a Sambueza, quien con un tremendo zurdazo venció al portero Aarón Fernández, reemplazante del lesionado Enrique Palos.

Lo demás, fue pura impotencia de Tigres. Ni el ingreso de Vargas ni del revulsivo Damián Álvarez pudieron darle a Tigres la capacidad ofensiva suficiente para rescatar un punto. Toluca se defendió mejor de lo que atacó su rival y por ello se llevó un premio justo.