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Dichos para sazonar la plática

En mis viajes -muchos y muy deleitosos- escucho a veces refranes nuevos para mí. Observo que los dicen sobre todo quienes tratan con tierra o con ganado: agricultores, charros, productores de leche o carne, criadores de reses bravas para la fiesta del toreo. En las ciudades hemos perdido la costumbre de exornar nuestra conversación con aquellos antiguos dichos que nuestros padres y abuelos usaban como sabrosa especia para sazonar la plática.

Ofrezco una recolección de los últimos decires que en mis andanzas he encontrado.
        
-“Entre todos la matamos y ella sola se murió”.
Se usa cuando todos tienen la culpa de algo, pero nadie quiere asumir la responsabilidad.
        
-“Luna de enero y amor primero, no tienen  compañero”.
La canción dice, sin embargo, que “de las lunas la de octubre es más hermosa”. ¿Serán así los amores octubreños?
        
-“Donde hay yeguas, potros nacen”.
A la causa sigue siempre el efecto.
        
-“A quien Dios lo quiere bien, la perra le 
da lechones”.
Significa que Dios bendice a manos llenas.
        
-“Dos caminados tiene el dinero: viene despacio y se va ligero”.
Este refrán no necesita explicación, y menos en los actuales tiempos.
        
-“Al catarro, con el jarro”.
Del invierno los males, se curan con mezcales.
        
-“Al que tiene tractor, casa o mujer, nunca le falta qué componer”.
No entendí este refrán.
        
-“Primero te quedes manco que firmes algo en el banco”.
Tampoco este dicho lo pude descifrar.
        
-“De hacendosa y hacendada, la primera más me agrada”.
El hombre debe preferir a la mujer trabajadora sobre la rica. Ahora que si es rica y trabajadora...
 
-“De la cintura p’arriba todos somos santos”.
Eso es muy cierto.