Usted está aquí
Dichos y refranes de El Quijote
El libro de El Quijote contiene numerosos dichos y refranes. Se trata de otro más de los tantos aspectos interesantes de esta obra cumbre de la literatura española. A través de tal modalidad en su escritura, característica de la genial novela, su autor Miguel de Cervantes hace alarde de esta forma de sabiduría popular, cuyo uso da un toque de mayor amenidad a su narrativa.
Si bien es cierto que son numerosos los refranes de El Quijote creados por el genio y el ingenio de su autor, también lo es que no pocos tuvieron como fuente el refranero popular de su tiempo. Por ello, seguramente, muchos de éstos fueron rescatados para siempre al quedar escritos en la fábula inmortal, pues tal vez de no haber ocurrido así, a no pocos de éstos hoy nadie los tendría presentes.
¿Cuántos refranes trae El Quijote? Así parezca increíble, su número exacto se desconoce, en razón de que cada estudioso que profundiza en el tema llega a una cifra diferente. Pero son cientos. Uno de estos conocedores de la materia, mexicano por cierto, de nombre José Alejandro Torres, escribe: “No se ha establecido –dice- el número aproximado de aforismos, proverbios, máximas, dichos y refranes incluidos en la obra, pues hay varias discrepancias entre los especialistas”.
El gran libro de Cervantes trae no sólo refranes pronunciados por Don Quijote y Sancho Panza, pues el escudero es quien más los dice, sino también por otros personajes de la novela, como el bachiller Sansón Carrasco. Pero resulta que algunos estudiosos del tema incluyen hasta los que Cervantes escribe en el prólogo del libro, como por ejemplo: “cada cosa engendra a su semejante” y “debajo de mi manto, al rey mato”.
En el capítulo 21 de la I Parte de El Quijote, Cervantes afirma que “no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas”.
Sin embargo, aunque todos los refranes sean verdaderos por ser sentencias sacadas de la experiencia, “madre de todas las ciencias” según apunta Cervantes, no todos, por decirlo de alguna forma, son del mismo calibre. En una primera y elemental clasificación, algunos se caracterizan por su popularidad y gran conocimiento que de ellos se tiene; y otros por la sabiduría e ingenio en su composición.
Así, muy populares son: “una golondrina no hace verano”, “más vale pájaro en mano que cien volando” o “donde menos se piensa, salta la liebre”. Otros, aunque muy conocidos no necesariamente son populares, como: “la alabanza propia envilece”, “de noche todos los gatos son pardos” o “los duelos, con pan son menos”.
E ingeniosos o sabios como: “el comenzar las cosas es tenerlas medio acabadas”, “al buen pagador no le duelen prendas”, “cuando la cólera se sale de madre, no tiene la lengua padre”, y “quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda”. (53)