¿Discurso imposible?

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¿Discurso imposible?

Buenos días a todos. A prácticamente un año de gobierno, me presento ante todos los mexicanos, sin distingo de clase social, ocupación, edad o región en la que habiten, para refrendar mi compromiso con una verdadera transformación del país. Sin duda ha habido cambios en la forma en que se conduce la política y la relación con los ciudadanos y medios de comunicación. Hemos procurado evitar inercias del pasado en múltiples áreas del Gobierno y eso nos ha llevado a ser más agresivos de lo habitual en formas, estilo y tiempos. Es claro que ni un servidor, ni ninguno de mis colaboradores somos infalibles; debemos ser conscientes de ello y procurar que nuestras acciones no sean motivo de discordia o malas interpretaciones, ya que eso no beneficia en nada a la población. Es ahí, en la comunicación, donde probablemente debamos reaccionar y cambiar con mayor urgencia para reducir las percepciones, y en ocasiones las realidades, que generan incertidumbre en un segmento relevante de la población. No podemos ocultar que cualquier cambio de régimen genera incertidumbre e incomoda a muchos. Especialmente cuando se pretenden cambios radicales. Sin embargo, debemos reconocer que aunque las encuestas muestren niveles muy altos de aprobación a mi persona y al gobierno que encabezo, hay muchas áreas donde debemos corregir o mejorar lo que se ha venido haciendo. Debemos dejar de culpar al pasado y voltear hacia delante para hacer lo que nos toca ahora que somos gobierno.

Con o sin razón, con mayor o menor responsabilidad de mi parte, se ha generado una polarización de ideas que genera enfrentamiento entre partes, que cada vez se escuchan menos entre ellas y que difícilmente derivan en un debate constructivo o en soluciones que beneficien al País. He sido crítico de los medios y he cometido el error de generalizar y ponerlos a todos en la misma canasta. Eso se termina hoy. No podemos desde esta tribuna y desde un movimiento que pretende cambiar al País, pensar que es correcto que exista la duda de que interferimos con la libertad de expresión o las líneas editoriales de quienes cubren lo que pasa en el País. Debemos confiar en los ciudadanos para formarse su propia opinión de lo que se hace bien o mal, a pesar de lo que digan quienes nos adulan o nos calumnian. Seguirá habiendo de ambos y debemos tomar distancia de ellos. Hago un llamado a los miembros de mi gobierno y a los funcionarios públicos de todo el País para que juntos procuremos evitar dudas sobre nuestra relación con los medios de comunicación.

Seguimos enfocados sin descanso en nuestro compromiso con los pobres primero, y tenemos la convicción de mantener los programas sociales que hemos venido implementando. El gobierno de un país con más de 50 millones de pobres difícilmente puede sentirse cómodo. Y es aquí donde es también necesario reconocer que la pobreza no se puede acabar solamente con dádivas. Es indispensable que el País crezca y es por eso que he instruido al secretario de Hacienda y al Jefe de Asesores de la Presidencia para que relancen la relación, hasta ahora frágil y de desconfianza, con los empresarios de todos los niveles, nacionales y extranjeros. Debemos enfocarnos en encontrar los incentivos para que un inversionista o empresario tenga confianza suficiente para arriesgar su dinero en México. Señales confusas, como las que reconozco puedo haber enviado más de una vez, no ayudan a esa confianza. Hemos sido cautelosos y hasta algo ortodoxos en materia de política macroeconómica, pero eso no es suficiente, menos en un ambiente de desaceleración mundial. La visión de país que tenemos no está peleada con un crecimiento económico acelerado que además permita, en el mediano plazo, reducir la inequidad.

Pido, una vez más, su confianza y apoyo para este gobierno transformador. No les vamos a fallar.

*Discurso imaginario que AMLO pronunciará este mes.

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com