Doña Vicky, una ‘monja de mundo’ en Saltillo

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Doña Vicky, una ‘monja de mundo’ en Saltillo

Foto: Mayra Franco
Mañana se celebra el Día Mundial de Toma de conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, tema en el que doña Vicky levanta la mano al no tener quién vele por su bienestar

Vicky trabajó en el Instituto de Ciencias y Humanidades la mayor parte de su vida, y ahora a sus 72 años disfruta de su jubilación.

Ella dice que fue una “monja de mundo”, siempre fue muy religiosa, pero fumaba, tomaba y tuvo un novio alemán. Hoy dice que solo se dedica a cuidarse porque no tiene a nadie más que a “Dios Padre, Hijo y a la Virgen”, la verdad es que se la pasa cuidando a los demás.

Este 15 de abril se conemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, marco en el que nació la campaña #Trátanosbien que busca hacer reflexionar sobre el abandono y maltrato que sufren los adultos de la tercera edad, promoviendo que se valoren las experiencias de sabias como doña Vicky, quien nos permitió acompañarla en sus compras por el centro de la ciudad.

Nos encontramos con doña Vicky en la calle Narciso Mendoza frente a un puesto de tacos, interrumpimos su plática con una amiga para preguntarle su opinión sobre el tema y nos abrió su vida. Ella conoce a todos y para todos tiene.

“Mi pensión llega hasta el mes que entra y a ver si llega. El Gobernador quedó muy formalmente que nos iba a ayudar cada mes y no ha hecho nada. Ahora, tampoco estoy de acuerdo con el Presidente de la República que vayan a ayudar a personas que vienen fuera del país, hay muchas personas en el país que lo necesitan más, por ejemplo en la periferia”, espetó rápidamente.

Platicó que conoce a una mujer de 83 años que fue abandonada por sus nietos a pesar de que padece del corazón, dice que le regaló una sala, pero igual que la comida que le llevan los vecinos, desapareció a consecuencia de los vicios de los nietos. De vez en cuando Vicky le comparte pollo rostizado y la visita para que no esté sola. “Nadie va y dice, ‘aquí hay una persona mayor’ y te toca para preguntar: ‘oiga, ¿cómo está’?”.

Nos permitió acompañarla a un expendio de artículos sanitarios, mi compañera y yo nos ofrecimos a ayudarle con las bolsas. Pensé que no pesarían mucho, pero después de una cuadra esquivando gente y banquetas destruidas, comprobé lo contrario.

“Todas las calles están mal, por eso mucha gente se queja con Manolo, tú tienes que buscarle por dónde caminar. Yo quisiera hablar con Manolo para decirle, oye ,el otro día me iban a atropellar y había dos policías que nada más se hicieron locos. Ya nadie respeta a los adultos mayores”, lamentó y declaró que Riquelme se había comprometido a entregar un apoyo para los adultos mayores y hasta la fecha no se ha concretado.

Seguimos caminado hasta Xicoténcatl y luego dimos vuelta en Pérez Treviño, nos dirigíamos a la segunda parada de Vicky, el Santuario de Guadalupe. “Tengo que ir a pedir por toda mi gente, por ustedes, por todos, hay mucho mal ahorita”, nos dice.

Con el sol encima y 30 grados de temperatura, envuelta en su bufanda colorida, Vicky nos platica que ella nació en Reynosa, llegó a Saltillo a los 17 años con su mamá y nunca se casó, se entregó a sus estudios y luego a trabajar en el Instituto de Ciencias y Humanidades de la UAdeC, nos platica que desde joven le gustaba ayudar a los adultos mayores.

“Visitaba mucho los asilos, ahorita ya nada más me dedico a cuidarme yo”, dice, aunque sorprende la agilidad con la que se conduce y evita los obstáculos del camino. “Yo ahorita no tengo a nadie más que a Dios Padre, Hijo y la Virgen, pero ahí en los asilos hay gente que tiene familia y no los atienden. Hay gente grande que ha vivido en zona de tolerancia, con eso les dio licenciatura y todos sus hijos, pero simplemente fueron y la arrumbaron ahí”, recordó.

Antes de despedirnos en la entrada del templo y recomendarnos ir a la Iglesia, nos regaló un consejo: “Esto les sirve a ustedes, ¿sabes cómo puedes saber si alguien dice la verdad? Ve los ojos y los labios, analiza sus gestos”.

Las perlas  de Vicky

Algunas de las frases que nos regaló en el trayecto

> “El tiempo te cobra, hay que aprovecharlo”.

> “Tienes que darte a la gente”.

> “Cuando tú vas yo ya vengo”.

> “No tengo hijos, pero a todos los choferes (de camión) les digo hijos”.