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Egypt Air y la conexión París-Cairo
Al momento de este escrito, sólo sabemos que hubo un desplome de un avión en ruta de París al Cairo. Sabemos que un accidente a esa altura no es imposible, pero sí poco probable; que las autoridades indican que probablemente se trataría de un atentado terrorista, sin que ello pueda confirmarse. Por eso, seguimos en el terreno de la especulación y sólo tras las investigaciones conoceremos la naturaleza del desplome.
Sin embargo, debido a los antecedentes recientes de terrorismo, la caída del avión egipcio está ya operando, al menos en lo psicológico, tal y como si se tratase de un atentado, incluso antes de su confirmación. Así que, independientemente de todo, vale la pena entender cómo es que a las ciudades de París y Cairo las conectan no solamente vuelos y transacciones turísticas.
Primero, si hoy se habla de la alta posibilidad de que este sea un atentado es porque tanto en Egipto como en Francia operan grupos o células terroristas, muchas vinculadas a ISIS. Segundo, estas células o grupos muestran los principales riesgos que ISIS representa no solamente para los países en donde se concentra el corazón de sus operaciones, sino en una esfera mucho más amplia. Tercero, si bien estos grupos y células normalmente operaban de manera independiente, estamos apreciando un nivel mucho más alto en cuanto a los vínculos entre las distintas ramas de la red. Cuarto, ello implica que contener y revertir el avance de ISIS en Irak y Siria es necesario, pero insuficiente. Hace falta entender al terrorismo como uno de los fenómenos más complejos de nuestra era y desagregar sus múltiples componentes. Si buscamos las conexiones París-Cairo, primeramente, se requiere evaluar una dinámica propia de Egipto. Luego es necesario considerar otra serie de dinámicas más propias de sociedades europeas. Y luego, analizar cómo es que todas esas dinámicas se conectan.
Las condiciones particulares de Siria e Irak terminan atrayendo, por razones diversas, a jihadistas de sitios lejanos. De manera paralela, ISIS se exporta como idea y penetra en grupos y células de países distantes que emergen a raíz de otros factores, normalmente relacionadas con condiciones locales. ISIS consigue aglutinar a todos esos componentes dentro de una misma causa y, de manera cada vez más eficaz, dentro de operaciones coordinadas.
Esto nos lleva a dos conclusiones: (1) La labor colaborativa de inteligencia entre distintos países va a tener que ser mucho más eficaz. Los combatientes de ISIS no solo están encontrando nuevas formas para ir a la vanguardia tecnológica, sino que han sido capaces de aprovechar los huecos dejados por las distintas formas de operar de las agencias de inteligencia de cada país; (2) así como el terrorismo es un fenómeno complejo, del mismo modo las estrategias para combatirle tendrán que ser así, complejas. El combate al ISIS de Siria e Irak es uno. En cambio, el combate al ISIS de Libia o de Egipto es otro, y conlleva estrategias muy distintas a las que se pueden aplicar en Afganistán, Bangladesh, París o Bruselas. Lamentablemente hay que hacer todo eso al mismo tiempo independientemente de si el desplome del avión de Egypt Air fue o no fue un atentado terrorista.
Twitter: @maurimm