Hoy es una fecha que quedó escrita con sangre en la historia contemporánea de México con la massacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.

Para la ocasión, vamos a hacer un breve recuento de algunos de los mejores trabajos cinematográficos tanto del género documental como de ficción que se han esmerado en preservar a través de la permanencia y vigencia que da la imagen en movimiento para que no se pierda la memoria, algunos de ellos exhibiéndose desde el día de ayer en recintos como la Sala Otilio González ubicada en la planta baja de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Coahuila entre otras locaciones alternativas más como Casa Tiyahui y otras más:

“EL GRITO” (LEOBARDO LÓPEZ ARETCHE, 1968)
Filmada a la par de los movimientos estudiantiles previos a la masacre del 2 de octubre este trabajo del género documental realizado por López Aretche y otros estudiantes como él del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, es considerado por muchos conocedores como el mayor clásico del CUEC y de todo el cine mexicano no industrial, y por lo mismo el testimonio más objetivo por documentar la realidad sin censura alguna a través del ojo de sus testigos presenciales con una cámara en mano y por lo mismo combina magistralmente la militancia política con la emotividad juvenil del momento.

“CANOA”(FELIPE CAZALS, 1976)
Hablando de cine industrial, aprovechando que el régimen gubernamental que siguió al de Díaz Ordaz, perpetrador de la masacre, que fue el de Luis Echeverría, aprovechando que aunque fue otro de los directamente involucrados en el evento, desde su inicio se llenaba la boca de propiciar la libertad de expresión, si bien no pudo producirse con el apoyo estatal una ficción basada totalmente en lo acontecido en la Ciudad de México la noche del 2 de octubre, con la genialidad que caracteriza al maestro Felipe Cazals se contó un hecho real paralelo a los movimientos sociales y estudiantiles del momento a través del linchamiento por parte de pobladores de una localidad del estado de Puebla de un grupo de trabajadores de la Universidad, por ser señalados como comunistas por el sacerdote del lugar.

“ROJO AMANECER” (JORGE FONS, 1989)
Filmada en la clandestinidad en la transición gubernamental de Miguel de La Madrid a Carlos Salinas de Gortari esta es la primera ficción que se desarrolló directamente alrededor de la masacre basada en un texto titulado “Bengalas en el cielo” de la pluma del maestro Xavier Robles (“Las poquianchis”; “Bajo la metralla”) que giraba alrededor de una familia de clase media formada por un burócrata interpretado por el primer actor Héctor Bonilla (también productor de la misma), un ama de casa (la primera actriz María Rojo) y dos hijos estudiantes interpretados por Demián y Bruno Bichir, entre otros, quienes habitan uno de los departamentos de Tlatelolco durante las 24 horas previas al suceso en sí. Ganadora de los principales premios Ariel de su año entre ellos Mejor Película y Director.

“LOS ROLLOS PERDIDOS” (GIBRÁN BAZÁN, 2012)
De vuelta al género documental, esta obra del realizador Gibrán Bazán es el primer documental que rompe el silencio sobre dos temas que involucran directamente al oficio y al legado cinematográfico nacional: el primero relacionado con las filmaciones que realizó por encargo del gobierno de Díaz Ordaz el cineasta Servando González (“Viento Negro”) de la masacre el cual viene a desembocar en otro tema relativo al incendio de la Cineteca Nacional el 24 de marzo de 1982 porque curiosamente allí se guardaba cuando menos una hora de material sobre el evento y de cuyo siniestro culpa en esta cinta el crítico Jorge Ayala Blanco al coahuilense Fernando del Moral, entonces director de la Cineteca.  

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