De 1991 a 2001, David Joyner dio vida al personaje de la televisión infantil, Barney el dinosaurio. Ahora es conocido por ser un especialista en masajes tántricos para mujeres.

El actor que dejó la vida dentro de la botarga hace 17 años, cobra actualmente 350 dólares (6,493 pesos aproximadamente) por sesión en las que, además del masaje, en ocasiones incluye relaciones sexuales con sus clientas. Además, dice que existe una conexión directa entre su actual trabajo y su etapa como el dinosaurio morado, dio a conocer Vice.

"La energía que llevaba [en el traje] se funda en la base del tantra, que es el amor", dice. "Todo se desarrolla, crece y evoluciona a partir del amor. […] El amor sana y te permite seguir creciendo".

Tal visión empata a la perfección con las características afectivas de Barney, un personaje que irradiaba amor a todos los que le rodeaban y cautivaba principalmente a niños, mientras que los adultos encontraban empalagoso.

A su modo de ver, los niños tienen una mayor conexión espiritual que los adultos y manifiesta que él usaba esta "espiritualidad" para atraerlos.

"Antes de ponerme el disfraz [de Barney], le rezaba a Dios y le pedía que me dejara su amoroso espíritu divino para fluir a través de mí, a través del disfraz, y dejar que eso atrajera a los niños”, dice.

Joyner asegura que gracias a la práctica del tantra pudo saltar, bailar y brincar por más de una década dentro del disfraz de Barney, que por aquel entonces pesaba alrededor de 30 kilos. Todo ello, a pesar de que los propios abogados del programa le prohibieron (por obvias razones) enfocarse en su rol de gurú tántrico mientras fuera parte del programa infantil.

Ahora ya de lleno en su actual papel, Joyner asegura que su única misión es mostrar a sus clientas el verdadero poder y valor que tienen como mujeres, como lo afirma su statement.

 “El verdadero espíritu de una mujer que yace dentro, ahora debe tomar su verdadero y legítimo lugar, y brillar para que todos lo vean. ¡Este es mi objetivo! ¡Esta es mi vocación! ¡Esta es mi misión!”, dice.