El ego del "Bronco"

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El ego del "Bronco"

En lo personal, me alegró que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” ganara la Gubernatura de Nuevo León en la pasada elección, debido a que su triunfo derriba una barrera imaginaria, que nos hacía pensar que ningún candidato independiente tenía posibilidades reales de conseguir un puesto de elección popular de importancia. Dicho de otra manera, la victoria del “Bronco” le abre la puerta a una nueva generación de políticos, que van a ampliar la oferta política que tenemos los ciudadanos en los procesos electorales y esa competencia también puede provocar cambios en la manera en la que se comportan los partidos políticos.

A pesar de lo anterior, no estoy seguro de que el “Bronco” tenga la capacidad para gobernar una entidad del tamaño y la importancia de Nuevo León y me preocupa en sobremanera que en sus últimas intervenciones públicas, ha dejado entrever distintos arranques de megalomanía y egocentrismo.

Estoy consciente de que todo líder tiene cierta dosis de megalomanía y que todo gobernante necesita que se le dé el beneficio de la duda, al menos en los primeros meses de su mandato. Es muy pronto para hacer un juicio global del mandato del “Bronco”, pero no puedo ignorar que sus primeras acciones parecen delinear cómo será su estilo personal de gobernar.

Por ejemplo, una de sus primeras acciones fue sacar la silla que había ocupado su antecesor Rodrigo Medina del despacho del Gobernador, a la cual le pusieron un letrero que decía “Peligro.... No sentarse. Esta silla enferma de poder y egolatría”(sic). En lo personal me pareció una actitud poco seria, la silla es un objeto inanimado que no tiene relación alguna con la mala gestión de Rodrigo Medina.

Días después, “El Bronco” presentó en las redes sociales su nueva silla que le regaló un ciudadano Nuevo León, la cual tiene tallados en los costados dos caballos. Jaime Rodríguez Calderón critica a Medina por ególatra y no le falta razón, pero en parte cae en los mismos errores que él, para qué tener una silla que de manera implícita alude al apodo de su ocupante, cuando pudo haber usado una silla sobria y funcional. 

“El Bronco” ha insistido en la importancia de la austeridad en el servicio público, no en balde hizo una clausura simbólica de la Casa de Gobierno de Nuevo León, que en sus palabras significaría un ahorro de 400 mil pesos al mes. También ha declarado que no contratará espacios publicitarios en televisión.  Coincido con él en la necesidad de bajar a los gobernantes del pedestal en el que los hemos puesto y en que el gobierno debe prescindir de los gastos superfluos.

El gran problema es que a “El Bronco” también le gusta tomar actitudes faraónicas y para muestra está su evento de toma de protesta. A un Gobernante de actitud sobria le hubiera bastado con acudir al Congreso del Estado, para luego dirigirse a los ciudadanos a través de los medios. Pero “El Bronco” eligió eventos masivos como el de la Macroplaza, cerrando calles y entorpeciendo la circulación, pero además realizó una cabalgata multitudinaria a donde asistieron distintos actores sociales. Yo me pregunto ¿En verdad hacía falta una cabalgata? ¿Por qué un evento público tiene que reflejar los pasatiempos del gobernante en turno?

Aunado a lo anterior, “El Bronco” tiene un hambre de poder tremenda, él ya estaba pensando en la posibilidad de competir por la Presidencia de México, aún antes de asumir su mandato como Gobernador de Nuevo León. De hecho ya se enfrascó en una lucha de declaraciones con Andrés Manuel López Obrador, en donde ambos personajes exhiben un profundo desdén por la capacidad del ciudadano para analizar las distintas opciones electorales, ya que ellos se autoconciben como las únicas opciones posibles, mientras que al resto de los candidatos los ven como parte del problema.

Pero lo que me parece más grave, es que su equipo de transición no haya sido capaz de construir un Plan de Gobierno, a pesar de que él mismo recibió recursos públicos para tal efecto. Un gobernante no se puede dar el lujo de no tener una hoja de ruta, ya que se corre el peligro de tomar decisiones basadas en la improvisación y en las ocurrencias del momento.

A pesar de lo anterior, el equipo que formó Jaime Rodríguez Calderón no es del todo malo, hay personas de gran valía en varias de las Secretarías y puestos clave. Ojalá “El Bronco” se apoye en ellos, porque todo gobierno necesita de especialistas para sacar adelante sus proyectos. Es decir, que creo que el éxito del gobierno de Rodríguez Calderón va a depender en gran medida de la libertad que les dé a sus colaboradores para desarrollar sus proyectos, pero si quiere hacer todo a su modo está destinado al fracaso.

victorsanval@gmail.com
@victorsanval