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El espacio de una grieta
Existen personas que crecen ante la adversidad, que se hacen más grandes ante los problemas y los retos. Personas que nunca se dejan vencer por el dolor o las circunstancias más negativas, que tienen la actitud de sonreír a pesar de los pesares. Estos seres humanos son los que llevan en el alma el asombroso poder de la resiliencia.
Flexibilidad
La palabra resiliente es utilizada en el área de ingeniería para indicar el índice de resistencia al choque de un material; se dice que un sistema es resiliente en la medida que asimila un impacto y se reorganiza de nuevo.
Este concepto también se aplica en el ámbito de las personas, de hecho en el idioma inglés , en términos generales, significa “ la habilidad que las personas tienen para recuperarse después de haber sufrido una tragedia, un problema grave”, o, “ la habilidad para ponerse de pie después de haber sido derrotado para consecuentemente tener éxito en el logro de objetivos”; también quiere decir: “una forma de comportamiento que se manifiesta en individuos que a pesar de vivir bajo condiciones adversas logran alcanzar una buena calidad de vida”.
La traducción al español de resiliance o resiliency, es simplemente “resiliencia” concepto poco utilizado, excepto en el tema de resistencia de materiales como arriba apunté. Hay que aclarar que, en el ámbito humano no significa, rigurosamente hablando, resistencia al choque que puede tener una persona para luego volver, reforzada y obtener grandes logros, sino más bien la capacidad que una persona tiene en términos de flexibilidad, o bien, para recuperarse ante una realidad especifica.
Según Stefan Vanistendael “la resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción; es decir, la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión; por otra parte, más allá de la resistencia, es la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a circunstancias difíciles” (…) “La resiliencia no es un rebote, una cura total ni un regreso a un estado anterior sin heridas. Es la apertura hacia un nuevo crecimiento, una nueva etapa de la vida en la cual la cicatriz de la herida no desaparece, pero si se integra a esta nueva vida en otro nivel de profundidad”.
Último aliento
Algunos de nuestros refranes podrían explicar esta idea: “No hay mal que por bien no venga”, “hacer de tripas corazón”, “al mal tiempo buena cara”, “después de la tormenta viene la calma” y en términos religiosos "de los pobres será el reino de los cielos".
Michael Rutter (1978) fue la persona que, por vez primera, relaciona el concepto de "resiliencia” “con la esperanza de una prevención satisfactoria", o "algo de esperanza realista" o "promesa optimista”, así yo diría que este concepto expresa la posibilidad de salir adelante contra toda esperanza, diría que es una elección de vida.
Sin embargo Frankl es, creo yo, quien mejor define este concepto: “El ser humano llega a ser creativo cuando logra extraerle sentido a una vida que parecía absurda. La vida es potencialmente significativa hasta el último momento, hasta el último aliento”.
Por su parte, Diane L. Coutu (How Resiliance Works. Harvard Business Review (Mayo 2002), identifica tres cualidades que poseen las persona resilientes:
1.- Evaluación objetiva de la realidad. No se engañan. Aceptan la realidad y las dificultades que atraviesan. 2.- Construcción de un significado profundo en las adversidades.- Enfrentan las situaciones adversas encontrándoles su sentido. Esto les permite construir puentes que conducen del presente difícil a un futuro exitoso. 3.- Trabajo creativo.- Sin detenerse en los obstáculos, desarrollan el mejor trabajo posible en las condiciones que el presente les impone.
Personajes
Siempre han existido personas resilientes, un ejemplo, sin duda, es Ana Frank (1929-1945), en cuyo diario escribió: "Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa sobre la base de la muerte, la desgracia y la confusión. Veo como el mundo se va convirtiendo poco a poco en un desierto, oigo cada vez más fuerte el trueno que se avecina y que nos matará, comparto el dolor de millones de personas, y sin embargo, cuando me pongo a mirar el cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esa crueldad también se acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial”.
También Viktor Frankl (1905-1997), creador de la logoterapia quien apunta: “Quienes hemos vivido en campos de concentración podemos recordar a aquéllos que caminaban entre los galpones, reconfortando a los demás y dando su último trozo de pan. Pueden haber sido pocos en número, pero ofrecieron prueba suficiente de que al hombre puede serle arrebatado todo excepto una cosa, la última de las libertades humanas: La de elegir su actitud ante una circunstancia dada, la de elegir su propio camino”.
Sigo siendo
Hace algunos años uno de los casos muy sonados fue el de Christopher Reeve (quien interpretara al personaje de Superman en la película de 1978). Este actor, en mayo de 1995, sufrió una caída de un caballo en la cual se lesionó la espina dorsal. Los médicos hicieron por él lo posible, pero el resultado fue inevitable y terrible. Quedó condenado a una silla de ruedas sin movilidad en su cuerpo, excepto la cabeza; sin control sobre sus movimientos respiratorios, por lo que tenía que permanecer conectado a un respirador artificial; pero no sucumbió, aprendió el sentido de su sufrimiento y amo la vida hasta su muerte.
Reeve continuó con su trabajo, colaboró con entusiasmo desmesurado con asociaciones como la Unesco, para luchar por causas similares a la suya, inclusive creó una fundación para recolectar fondos que apoyaran la investigación sobre las lesiones de la médula espinal, y tuvo las agallas de escribir su autobiografía titulada «Still Me» (Sigo siendo yo).
Lo primero que hizo para poder progresar fue asumir la “terrible” dependencia, como en su momento lo comentó: “aceptar tu condición es un paso esencial, y el primero que tienes que dar, en el proceso de rehabilitación”. También explicó que en sus sueños nunca aparecía en silla de ruedas, lo que, según él, era una muestra de su fuerte convicción de que algún día recuperará la movilidad”. La realidad es que luego perdió la batalla, pero siempre será recordado como ejemplo de vida y valor para miles de jóvenes. Su obra sigue en marcha.
Auténticos Héroes
También podríamos hablar de las personas con capacidades diferentes que todos los días asumen su realidad y luchan por salir adelante. Que son testimonio de fortaleza, dedicación, superación y valentía. Que luchan por salir adelante. Que tienen en ellos todos excepto autocompasión.
En fin, existen miles de ejemplos de personas resilientes: el estudiante que se sobrepone de un mal semestre, que sale adelante después de una decepción amorosa, que ve la vida con optimismo a pesar de padecer de una enfermedad, que sencillamente es entusiasta ante la adversidad.
A la vida
El tema es amplísimo, pero hoy para finalizar los dejo con una reflexión de Martín Descalzo que plantea de otra manera el hecho de ser resiliente: “no me asusta ni el dolor ni la muerte, no me angustian las dificultades ni los fracasos. Me aterra sólo la mediocridad, la estupidez, la cobardía, de quienes se arrinconan en su propio corazón, mendigando piedad de los demás, cuando con un solo coraje podrían recibir la única limosna que verdaderamente cura”.
¿Qué tan resilientes somos? ¿Acaso ante las dificultades nos acobardamos o ponemos todo el empeño para salir victoriosos? ¿Estamos dispuestos a luchar hasta el último aliento contra las adversidades que la vida nos presenta?
“A la vida le resta el espacio de una grieta para renacer, y las personas sabemos hacer de los obstáculos nuevos caminos”, tal vez en esto consiste la esencia de la resiliencia.