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El fucking fracking

Lo que no nos dicen es que el fracking no es sino el ‘fucking geológico’, pues desmadra suelos y contamina el agua  

Repasemos: Decíamos que en  1981, una falla en la Central Nuclear de Tsuruga, Japón, resultó en una fuga de material radioactivo. Los hechos sin embargo, fueron encubiertos sistemáticamente por la empresa y el gobierno durante seis semanas.

Mes y medio después se reconoció el incidente y se habló de 287 personas expuestas a la radiación. Claro, una cifra congruente luego de que la 
fuga estimada fue de 16 toneladas, como la canción, nomás que de agua contaminada.

Los autores Rodríguez Farré y López Arnal, designan como Síndrome de Tsuruga al “secreto y tergiversación empresarial y gubernamental sobre los riesgos ambientales y sanitarios de determinadas actividades industriales”.

No olvide el concepto ya que, aunque nominalmente puede resultarnos ajeno o novedoso, es en realidad una situación constante, por decir lo menos, en nuestro estado: la negación oficial del deterioro ecológico resultante de la actividad de diversas empresas asentadas en la entidad.

Sin ir más lejos, los Cimari (acrónimo de centros integrales de manejo y aprovechamiento de residuos industriales, aunque no es sino un vil basurero tóxico) han medrado el ambiente, la salud y la calidad de vida de los habitantes doquiera se han instalado (ello no obsta para que esté en planes un tercer proyecto para el norte de Coahuila). Y sin embargo, pese a la resistencia civil, al repudio de los ecologistas, al reclamo de los pobladores y al llamado del sentido común, los Cimari se quedan donde están.

Y nuestro gobierno, tan del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, que debería velar por los intereses de la gente que lo eligió, es realmente el gran aliado de las corporaciones con ganas de hacer negocios sin esos molestos inconvenientes como la preservación de nuestro hábitat o el respeto por la vida.

Bien, de un tiempo a la fecha se ha venido promoviendo, con particular 
insistencia del Gobierno estatal, la idea de explotar el gas shale de estas áridas tierras mediante un procedimiento conocido como fracking.

¿Se acuerda de aquello de “Coahuila. Un Estado con Energía”, que usó de eslogan en su recta final el malandro del sexenio pasado? Pues no era sino su esfuerzo por posicionar la idea de apostarle a la extracción de este combustible fósil como detonante del desarrollo económico en la región.

Como principal promotor del fracking en Coahuila figura el también exgobernador, Rogelio Montemayor Seguy (se pronuncia como se le hinche a usted su regalada gana).

Montemayor fue inhabilitado del servicio público por 20 años (de los que aún le restan siete) básicamente por desviar recursos de Pemex a la campaña del fallido candidato presidencial tricolor, Francisco Labastida. Y no obstante estas lindas credenciales, es quien encabeza el llamado Clúster de Energía Coahuila, la asociación civil sin fines de lucro (no se ría) que concentra los intereses involucrados y pugna por la pronta explotación del gas shale con el controvertido método antes mencionado.

Los promotores del fracking nos doran la píldora insistiendo en que se crearán un montón de empleos y subempleos alrededor de esta actividad, pero lo que no nos dicen es que el fracking no es sino el “fucking geológico”, pues desmadra suelos, contamina el agua y ni siquiera ha demostrado ser fuente de riqueza como se presume.

Aunque cualquier derrama económica por atractiva que fuera, palidece frente a los daños irreversibles que la fracturación hidráulica representa, no por nada, ha sido vetada en 126 países.

Los improbables ganadores de cualquier manera serían un puñado de facinerosos de cuello blanco y la gente del gobierno que los solapa.

Que el espurio de gobernador, Miguel Riquelme, salga diciendo que “no hay que satanizar al fracking”, cuando están sobradamente demostrados sus efectos adversos, no es ya una postura irresponsable sino criminal.

Claro, el clúster del doctor Montemayor va a presentar sus propias cifras y estudios, pero no olvide que naciones desarrolladas y mejor educadas como Francia, Alemania y Reino Unido, España, Italia, Sudáfrica y Suiza rechazaron destruir su tierra con esta explotación de dudosa ganancia.

De igual manera, no olvide nuestra vocación de país bananero, en el que los intereses de cualquier corporación tuercen las políticas públicas a su voluntad, mediante jugosos sobornos. De allí que no le extrañe que pronto salgan Riquelme Solís y el doctor Montemayor a decirnos que el fracking hasta contribuye al desarrollo de los niños, previene las caries y le da a su mascota un pelo más brillante y heces más firmes. 

Por los cacahuates correctos, los changos son capaces de bailar cualquier son, por inverosímil que resulte.

Se están sumando diversas organizaciones y voluntades civiles bajo el nombre de Alianza Coahuilense Contra el Fracking, para evitar que se destruya lo poco que nos dejó el régimen que nos arrasó. Visite su página de Facebook. Discuta, infórmese y dese cuenta de que, como es ya por regla en Coahuila, se nos está escamoteando la verdad.

P.D. Y a propósito de verdades tergiversadas… hoy fue un día soleado.

 

petatiux@hotmail.com 
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