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El mejor gol de cabeza fue de un mexicano
El futbol se inventó para jugarse con los pies, para muchos, la cabeza es un arma igual o más potente que las extremidades.
Uno de los delanteros mexicanos que más explotó su buen juego aéreo fue el “Zorro del Desierto”, Jared Borgetti, que consiguió uno de los goles más hermosos en la historia de los Mundiales en una jugada que quedará para la historia.
La Selección Mexicana llegó al Mundial de Corea y Japón 2002 tras superar una crisis en las eliminatorias que incluso, un día tuvo que recurrir al Pachuca para sortear un juego. El salvavidas tenía nombre y se llamaba Javier Aguirre.
Con el “Vasco”, Borggeti se convirtió en el hombre gol, en un delantero muy diferente a los que había tenido México. Era un auténtico killer del área, principalmente por su remate de cabeza, algo extraño para un país que no se caracteriza por tenera la esencia del juego aéreo: ser muy alto.
Su resorte e inteligencia lo hacían llegar al cielo y verse como un auténtico malabarista del área, que en la cumbre de su carrera se convirtió en el jugador con más goles en la Selección Mexicana, pero ninguno como el que le anotó a Italia.
El tercer juego de la fase de grupos en el Mundial era ante Italia. La Italia multicampeona que siempre ha sido un dolor de cabeza para el Tricolor.
La sinfonía llamada “El gol del exorcista” comenzó en el minuto 32:52. México tenía el balón en su poder y estaba en su propia área. Salvador Carmona, Gerardo Torrado, Rafael Márquez, Braulio Luna, Ramón Morales, Johan Rodríguez, Jesús Arellano, Manuel Vidrio y Cuauhtémoc Blanco prepararon el terreno para la actuación final de Boggeti.
El balón recorrió el largo y ancho de la cancha durante un minuto con cuatro segundos, mientras Italia, se quedó sin tocar el balón y fueron un espectador más del brillante toque de los mexicanos.
Blanco vio en Borggeti al hombre indicado para culminar la obra de arte de la manera en que él solo sabía hacerla. Con remate de cabeza.
Blanco mandó un centro al pico izquierdo del área chica, Borggeti estaba de espaldas a la portería y contrario a la lógica del deporte, giró la cabeza al estilo del “exorcista” para mandar el balón al fondo de las redes.
Gianluigi Buffon era el portero y siguió el balón con la mirada sin poder mover los pies, quedó plasmado ante la belleza de gol.
Diez jugadores del Tricolor participaron en la jugada y ese gol está tatuado en la historia de las Copas del Mundo.