Para muchos mexicanos, el Mundial de Rusia 2018 fue una gran aventura sin embargo para Carlos Rocka, un joven emprendedor de Cancún,  la Copa del Mundo le cambió la vida. 

Carlos fue uno de los 30 mil mexicanos que fueron a apoyar al Tricolor en la Copa del Mundo pero cuando quedó eliminado México ante Brasil, decidió quedarse en Rusia.

Rocka llegó a la ciudad de Ekaterimburgo para el partido que la selección mexicana sostuvo  contra su similar de Suecia, el 27 de junio. A pesar de una decepcionante actuación de su equipo, que perdió 3-0, la metrópoli conquistó a Carlos, quien entró con visa de turista, pero decidió quedarse.

El joven llegó a Rusia con su novia Thaylin Méndez y otro amigo y decidieron abrir un bar, que además es un club de baile latino y donde se come auténtica comida mexicana.

El bar se llama "Viva México" y abrió sus puertas en noviembre con la idea de llevar a los habitantes de Ekaterimburgo un poco de la cultura mexicana. 

La historia del mexicano de 29 años ya ha sido publicada por distintos medios europeos entre ellos la agencia Reuters y el diario The Moscow Times.

Uno de sus socios llegó a Rusia después del Mundial y afirmó que no le gustaría regresar a México. "Lo que abrimos aquí es un lugar que es un club de baile y en el que estamos ofreciendo comida para que la gente venga a probar aquí la verdadera comida mexicana", expresó.

Ekaterimburgo se ubica a 1760 kilómetros de Moscú y es una región muy industrializada. 

Carlos se quedó en el país gracias a que Rusia permitió el ingreso sin visa a las personas que compraron boletos para los partidos. Ahora, ha solicitado al gobierno ruso una visa de negocios para poder continuar con su proyecto.