La regla 52-17
Qué es y por qué puede ayudarte a ser más productivo
¿Has trabajado más de ocho horas sin pararte de tu escritorio? Es posible que sí. Y además, es posible que no hayas apartado ni tiempo para almorzar.
La duda es si, efectivamente, este tipo de hábitos laborales, cada vez más comunes, aumentan tu productividad. Y la respuesta que dan los expertos suele ser un rotundo ‘no’.
Un estudio realizado por la organización letona Draugiem Group (que agrupa a varias startups) detectó que una larga jornada de trabajo no mejora el rendimiento. Lo que realmente importa, dice la investigación, es cómo divides el tiempo de trabajo y la estructura que le das al desarrollo de tus tareas.
Lo que concluyeron fue que aquellas personas que hacen pausas programadas en su rutina diaria, demostraron ser más productivas que aquellas que trabajan más horas.
Por eso los que inventaron LA 52-17argumentan beneficios físicos, mentales y productivos. Esta regla propone básicamente trabajar con máxima dedicación 52 minutos y descansar 17.
¿Monitoreo productivo o espionaje?
La otra cara de este asunto es que las empresas monitoreen la manera en que cada empleado utiliza su tiempo.
Pero en este caso, ese seguimiento puede ser polémico, dado que probablemente no todas las personas se sentirían felices de que su empleador supiera exactamente lo que hicieron cada minuto del día.
Los detractores de este formato piensan que podría convertirse en una especie de espionaje. De hecho, cualquier empresa puede instalar un software que le permita saber lo que hizo cada empleado durante su jornada laboral.
De esa manera la empresa puede saber si has usado tu tiempo en tareas relacionadas con el trabajo o en asuntos personales.
También le permite a la compañía contabilizar el tiempo utilizado en un proyecto específico para calcular el costo de ese proyecto.
La técnica 25-5
La idea de hacer pausas laborales no es nueva. La han recomendado varios estudios psicológicos e incluso un consultor italiano, Francesco Cirillo, ha propuesto la idea de trabajar 25 minutos y descansar cinco.
Los críticos dicen que en muchas profesiones esa técnica es impracticable.
Por ejemplo, un cirujano no va a detener sus operaciones, ni un piloto va a parar un avión; lo mismo que un abogado o un vendedor, no le pueden decir a un cliente que no lo atenderán porque están en sus ‘minutos de descanso’.
Pero los que defienden las pausas programadas, insisten en que el cerebro humano no está preparado para concentrarse en la misma tarea por ocho horas seguidas y que no es bueno para el cuerpo estar ocho horas sentado en una silla.
Y desde un punto de vista médico, el horario flexible ha mostrado un impacto positivo en la vista, la espalda, la circulación sanguínea y los niveles de estrés.
Quizás el debate está más centrado en la invención de reglas que no a todos los empleados les sirven, considerando que los períodos de concentración de las personas son distintos, al igual que las exigencias laborales.
Puede ser que personalmente no te funcione el 52-17, pero puede ser interesante explorar cuál es tu mejor manera de dividir el tiempo. Es decir, crear tus propias reglas.