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El peor momento de la pandemia. Y sin vacunas
Hace meses circula en México un “meme” que reza: “estamos en el peor momento de la pandemia. No importa cuando leas esto”. Se trata, por desgracia, de una realidad que se confirma todos los días en nuestro país y que, de acuerdo con todos los datos disponibles, en las últimas semanas incluso empeora a un ritmo cada vez más acelerado.
Todos quisiéramos compartir el optimismo con el que, desde hace demasiado tiempo, el Gobierno de la República se refiere al fenómeno provocado por el coronavirus SARS-CoV-2, afirmando que “se ha domado a la pandemia”, que “vamos muy bien” o que “se han salvado miles de vida”.
El problema es que no es posible encontrar ningún dato objetivo que respalde tales afirmaciones. Por el contrario, lo que todos los días conocemos son cifras que convocan al pesimismo y a la preocupación, sobre todo porque la pandemia ha cobrado velocidad en las últimas semanas.
De espaldas al optimismo infundado de nuestras autoridades federales, lo que todos los días queda claro es que estamos ante un fenómeno completamente fuera de control. Y a la construcción de esa realidad contribuyen cotidianamente los mensajes contradictorios que el subsecretario Hugo López-Gatell y su equipo envían a la población.
No queda clara, por ejemplo, la posición de los funcionarios de salud respecto del uso del cubrebocas, pues aunque López-Gatell y quienes cotidianamente le acompañan en sus conferencias diarias, han comenzado a llegar a estas portando un cubrebocas, nada más tomar asiento se lo retiran.
Anoche, sin embargo, la doctora Ana de la Garza Barroso, quien se desempeña como directora de Investigación Operativa Epidemiológica de la Secretaría de Salud, y acudió a la conferencia vespertina, llegó con un cubrebocas y no se lo retiró en ningún momento.
A su lado estaba José Luis Alomía Zegarra, director General de Epidemiología de la misma dependencia y quien condujo la conferencia. También llegó con un cubrebocas, pero se lo retiró apenas 25 segundos después de arrancar el evento.
¿Cuál de los dos mensajes que envían los funcionarios de salud debe asumir el público? ¿El de quien llega con un cubrebocas y se lo quita, o el de quien no se lo retira ni un segundo?
Para colmo de males, ayer se anunció –mediante un escueto mensaje difundido por redes sociales– que el arribo a Coahuila de las primeras dosis de la vacuna Pfizer, programado para hoy, vía el aeropuerto internacional de Monterrey, ha sido suspendido “hasta nuevo aviso”.
Estamos en el peor momento de la pandemia, a nadie debe quedarle duda. Y lo peor de eso es que esto mismo lo vamos a seguir afirmando por varias semanas más, incluso con el arribo de la vacuna y el inicio de su aplicación al personas sanitario ubicado en la primera línea de batalla.
Debemos por ello prepararnos para un fin de año atípico, caracterizado por reuniones familiares mínimas y la realización de un esfuerzo extraordinario por parte de todos para evitar el contacto social y con éste, los contagios.