El regreso del terror

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El regreso del terror

Hace unos días, hace algunas lunas, publiqué aquí un texto titulado “Tres meses”, donde platiqué a trompicones de la enseñanza del doctor Víctor S. Peña al decir una y otra vez que debemos de guardar confinamiento en casa sólo tres meses más. Al llegar la fecha anhelada, pues sí, tomar la decisión de estar guardados y con mucha distancia, otros tres meses. De tres en tres hasta treinta y tres veces tres, de ser necesario. S. Peña es un sabio, usted lo sabe. Hombre de fe granítica, su lección es bíblica: es aquello de perdonar a nuestros enemigos no siete veces, sino hasta setenta veces siete (Mateo 18:22). Pues así, de tres en tres nos vamos con la recomendación de Peña. 

Tiene razón y vamos para largo, largo tiempo. El texto aquí publicado tuvo una vez más eso que llaman los gringos, “timed”, sentido de la oportunidad. Ese día, jueves 15 de octubre, VANGUARDIA daba la infausta noticia: Francia en toque de queda. Un confinamiento ya con orden judicial. El país y las ciudades ejemplos de luz y libertad, con terribles y dolorosos toques de queda y duras restricciones de movilidad social, para frenar en aquellos lugares un rebrote de la peste china la cual no quiere ni va a ceder. Lo dijimos en el texto pasado: una tragedia de confirmarse el regreso a las restricciones. La tragedia ya está de nuevo aquí y ha regresado el terror.

En toda la Unión Europea se está regresando al encierro, al aislamiento social. Pero caray, nunca este aislamiento y distancia social ha parado la peste del COVID-19. El estar encerrados en casa no ha sido exitoso del todo. Pero naturalmente ha beneficiado grandemente que esto no sea un caos completo. ¿Qué hacer entonces? En España, en la región de Cataluña volvieron a cerrar bares y restaurantes. Ni se diga clubs nocturnos, gimnasios y antros. Los supermercados han reducido su aforo en un 30%. De nuevo, un cataclismo, una catástrofe humana. Poco a poco, todos nosotros ante lo inevitable, vamos perdiendo nuestro rostro en medio de la peste bíblica.

¿Estamos peor o mejor aquí en México que en Europa? Sin duda, peor. Pero, los distractores empleados por Andrés Manuel López Obrador funcionan a la perfección, mientras el país se desmorona. Vamos para 100 mil muertes por COVID-19 y el Presidente de Morena, AMLO, sigue defendiendo al indefendible Hugo López-Gatell. Somos el primer lugar mundial en muertes de personal hospitalario y de salud, pero AMLO dice que ya vamos saliendo de la pandemia y se auto celebra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), América es la región del mundo que más fallecidos tiene con la pandemia. Con tres países puntales mundiales de contagiados y muertos, gobernados por Presidentes ignorantes y populistas: Estados Unidos (Donald Trump), Brasil (Jair Bolsonaro) y México (AMLO). ¿Qué hacer ante semejante estado de cosas?

ESQUINA-BAJAN

Lo que he repetido una y otra vez en este espacio: vivir. Sólo eso, vivir. No hay otra vida y no hay tiempo para esperar ya vacuna alguna. Para encontrar una vacuna de valor terapéutico se necesitan al menos diez años de desarrollo e investigación al respecto, con una inversión mínima de 800 millones de dólares (Revista “¿Cómo ves?”, de la UNAM, No.262). Las fallas en las vacunas que se están produciendo en el mundo, son recurrentes. Los de Johnson & Johnson dijeron que sus pacientes desarrollaron una “enfermedad inexplicable” cuando les suministraron el prototipo de vacuna. Puf, de horror. Simplemente no se puede contra este bacilo y su letalidad de miedo. Por ello, los de la Universidad de Harvard hablan de estar confinados en casa hasta el 2024. Mínimamente. Ya luego veremos.

Aquí con los vecinos regios, el virus se ha ensañado gravemente. De un día a otro, todas las medidas de prevención y medidas de sanidad se relajaron. Clandestinamente empezaron a operar bares, antros, tugurios, tables dances. Los resultados están a la vista: un muerto por COVID-19 cada 40 o 50 minutos. Más de 24 muertos diarios debido al bacilo. Pero, ya nadie quiere estar encerrado. Todos desean salir, lo cual es catastrófico por los resultados ya vistos. El incapaz “Bronco”, Jaime Rodríguez, ya superado por todo, ha cambiado su estrategia de dar a conocer sus “acciones de gobierno” mediante redes sociales. Ha salido a conceder entrevistas a los medios de comunicación. Ahora es él quien los busca ante su imagen ya eclipsada.

Sigo alabando el control, mano férrea e inteligencia para mantener la pandemia a raya, por parte del gobernador Miguel Riquelme; del Alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez, y del Alcalde de Ramos Arizpe, Chema Morales. El eje de Coahuila, la región sureste, sigue de pie y con dinamismo social y económico. Que Jiménez aparezca una y otra vez a nivel nacional ponderado en los listados como uno de los alcaldes mejor calificados, no es casualidad. Hay planes, mapa de riesgos, estructuras de respuesta de él y su equipo de trabajo. Su labor huracanada al frente de la Alcaldía de Saltillo fue un impulso decisivo e influyente en el triunfo obtenido por los diputados locales del PRI para el Congreso estatal. 

Día triste: escribo estas líneas luego de leer al maestro Javier Villarreal Lozano. Por él me entero de la siguiente noticia infausta: ha muerto la maestra Magaly Sánchez Cuéllar. Años tenía años sin verla, pero eso no era óbice para mantener intacta mi cariño y amistad hacia ella. Magaly se hizo una misántropa moderna. Salía poco de su residencia. Cuando salía y llegaba a saludarle, siempre vestía con garbo feroz y gran estilo. Emperifollada, se hacía notar en cualquier ambiente o lugar. Para desgracia de todos, ha muerto.

LETRAS MINÚSCULAS

De última hora, el maestro Villarreal lucha contra la muerte. Caray, días negros. ¿Qué hacer entonces con esta maldita peste y con nuestra vida? Eso: vivir.