Este 1 de julio, Guillermo Anaya lanzó un video en redes sociales para machacar una idea: “Rubén, ya perdiste”. El 2 de julio festejó su cumpleaños 48 en Saltillo, donde destapó, ante mil 300 personas, su aspiración por contender a la gubernatura. 

Con humildad calculada, Anaya aseguró que el PAN buscaría  “al mejor perfil, a la mejor persona, para que pueda recabar todos los anhelos que tenemos en Coahuila”. A pesar de que él mismo se considera “el mejor posicionado para convertirse en el candidato del PAN por la gubernatura”.

El video marca el inicio de su precampaña para derrotar a sus adversarios panistas; sumar al PRD y la UDC, y establecer un claro contraste con la gestión del gobernador Rubén Moreira.

La estructura del video tiene seis frases que terminan con un ¡ya perdiste! La última de ellas precisa el destinatario: “Con todo y la guerra sucia, Rubén, ¡ya perdiste!”. 

Su argumento busca sangrar las vísceras del coahuilense promedio al relacionar: “Pérdida del PRI de 7 gubernaturas” (con una alternancia posible); “deuda de Coahuila a la alza” (con gobierno inepto para bien administrar recursos); “Humberto acusado de lavar dinero en España y Estados Unidos” (con Humberto hermano de Rubén); “la pobreza aumenta en el Estado y las despensas son usadas para comprar votos” (con gobierno que mal combate la pobreza y la utiliza para fines electorales); “subes los impuestos y Coahuila peor que nunca”  (con ineficacia para administrar nuestros impuestos); y “encuestas falsas para atacar a la oposición” (con perversidad para descalificar al adversario).

Éstas son verdades a medias que Anaya nunca probará. El objetivo es otro: debilitar, desprestigiar y vulnerar a Rubén Moreira. Y explotar las emociones que puedan dirigirse al cerebro del coahuilense para detonar una actitud contraria al Gobernador y al PRI.

Así lo indica el manual de la guerra sucia que, irónicamente, tanto preocupa a Memo. Ésta es la etapa del “descontón”, marca del espíritu del español nacionalizado mexicano Antonio Solá, experto en guerra sucia, y exasesor de Memo Anaya en 2011 y de Felipe Calderón en 2006. 

Si existe, como lo asegura Anaya, una guerra sucia, ¿por qué iniciar otra? ¿Estamos listos los coahuilenses para una guerra sucia sin propuestas que edifiquen un mejor futuro para Coahuila? ¿Es eso lo que nos merecemos?