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Elecciones EU: el mundo en vilo ante una jornada histórica
CÉSAR ALMANZA/FRANCISCO TURÓN
WASHINGTON, EU.- Mientras que más de 250 millones de estadounidenses están hoy sufragando su voto, el mundo entero contiene el aliento por lo que estas elecciones presidenciales representan, toda vez que uno de los candidatos, el republicano, Donal Trump, entró con promesas beligerantes y homofóbicas que no solo afectan a millones de inmigrantes, sino por su irreal política económica que cimbraría el comportamiento de los mercados internacionales, y no se diga de los tratados comerciales.
Los comicios electorales se cierran hoy con la zozobra ante el misterio del resultado: ¿quién será el 45 Presidente de EU? Hoy a partir de las 6:00 a.m. se espera una gran afluencia de votantes. El electorado está nervioso, así como confundido, con los cuasi religiosos discursos contenidos en el portento de ambos candidatos: Clinton, de 69 años, y Trump, de 70, ambos son baby-boomers, miembros de la generación de la explosión demográfica de la posguerra.
Con el fenómeno Trump el viraje sería abrupto: un salto a la incertidumbre. La alternativa es la esposa de un expresidente, una veterana de la política que ofrece continuidad.
ÚLTIMA ENCUESTA
Según las últimas encuestas realizadas por Real Clear Politics, arrojan un 47.2% para la candidata demócrata, y 44.3% para el republicano, con una ventaja de 2.9% para Hillary Clinton en la contienda por los 270 votos electorales necesarios para ganar la elección. Sin embrago, no se puede cantar victoria porque nada está escrito, y en la contienda por la Casa Blanca todo puede pasar.
El “trumpismo” apuesta por el voto anglosajón del hombre blanco, ya que el “voto blanco” le puede hacer ganar hoy las elecciones presidenciales de EU; a un hombre sin experiencia política--errático y xenófobo y con un olfato formidable para captar el ánimo de la clase trabajadora blanca— y quien está convencido de que a pesar de su agresivo discurso racista de mandar hacer un muro que va a pagar México, cree que los hispanos van a votar por él.
En ese sentido, lo único que tendría a su favor sería el abstencionismo de los hispanos que tengan miedo de salir a votar.
“No obstante de los exabruptos e insultos del candidato republicano en el que ha denigrado a mujeres inmigrantes y a miembros de su propio gabinete con sus manotazos políticamente incorrectos, además de que ha arremetido con dureza contra algunos de los colectivos más castigados de la sociedad, como es el caso de los inmigrantes —con especial intensidad a los de origen mexicano— parece no tener conciencia de haber levantado en su contra al gigante de la fuerza política hispánica, ya que son los 27 millones de latinos que residen en EU, los que van a jugar un papel clave, y que en definitiva, podrían definir las elecciones.
Por otra parte, en caso de que decidan votar los hispánicos, se invierte la votación favorablemente para Hillary, toda vez que de cada 10 votantes hispanos, (así como de afroamericanos), 8 votarán por Clinton, por lo que EU hoy podrá vivir un hito en su historia: situar por 1ª vez a una mujer en el mando del País.
Clinton ha apostado por un discurso tranquilo e integrador. Sus palabras hacen prever un juego de negociaciones moderadas. Mejora de la inmigración y debate sobre el TLC.
AFECTACIONES COLATERALES
Pero la cuestión de fondo no la ha resuelto. México, ese país con un PIB per cápita 5 veces menor que el estadounidense, hace tiempo que dejó de ser un vecino distante. La relación con sus ciudadanos ya no se puede confinar al área de política exterior. Es también un asunto nacional.
México es el 2° socio comercial de EU y el primer destino de las exportaciones de Texas, Arizona y California, además del 2° mercado para otros 20 Estados. Seis millones de puestos de trabajo dependen del comercio con México y el flujo entre ambos es de un millón de dólares por minuto.
Además, en el caso de que gane Hillary, como parece que va a suceder, de todas maneras, es una situación compleja para México, porque siendo presidente de Estados Unidos, no tendría la mayoría en el Congreso, y por lo tanto, no podría tomar decisiones importantes para América Latina.