Eleva el Banco Central Europeo la penalización a los depósitos bancarios

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Eleva el Banco Central Europeo la penalización a los depósitos bancarios

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi: Foto EFE
El consejo de gobierno del BCE lleva tiempo desesperado por eludir el temido fantasma de la deflación.

El Banco Central Europeo (BCE) dio hoy un paso más en su guerra contra la baja inflación en la eurozona con la aprobación de un paquete de medidas que incluye, entre otras cosas, más tiempo para comprar bonos y una mayor penalización a los depósitos bancarios dentro de la entidad emisora.

El consejo de gobierno del BCE lleva tiempo desesperado por eludir el temido fantasma de la deflación, al comprobar cómo a pesar de sus medidas extraordinarias la inflación continúa muy próxima al temido cero.

En un intento agónico por reactivar la economía e impulsar al alza la inflación en la eurozona, que en noviembre se situó en el 0,1 por ciento interanual, el BCE decidió ampliar su polémico programa de compra de bonos estatales y otros activos por valor de 60,000 millones de euros (63.330 millones de dólares) mensuales hasta "finales de marzo de 2017 o más allá en caso de que sea necesario", informó hoy su presidente, Mario Draghi.

El objetivo de este billonario programa, que estaba previsto que estuviera vigente al menos hasta septiembre de 2016, es reactivar la coyuntura económica e impulsar los precios al alza.

La existencia de bajos precios a largo plazo supone un riesgo para la coyuntura económica y se ha convertido en uno de los principales caballos de batalla de la entidad europea, que tiene como principal objetivo velar porque la inflación se sitúe cerca, pero por debajo del dos por ciento.

En la nueva reunión del consejo de gobierno en la que se decidió dejar inalterable la principal tasa de interés en un 0.05 por ciento, el mínimo histórico fijado en septiembre de 2014 para reactivar la débil coyuntura en la eurozona, el BCE decidió también elevar la penalización a los depósitos bancarios.

A partir de ahora, los bancos deberán pagar un 0.3 por ciento en lugar de un 0.2 por ciento si desean depositar su dinero en el BCE en vez de conceder créditos para incentivar la economía.

Junto a esto, el BCE "reinvertirá los pagos principales de los valores comprados bajo el programa de compra de activos conforme venzan durante el tiempo que sea necesario".

Asimismo, el programa de compras del sector público incluirá instrumentos de deuda emitidos por gobiernos regionales y locales ubicados en la zona euro.

Por último, continuarán con las principales operaciones de refinanciación y las operaciones de refinanciación a más largo plazo a tres meses "durante el tiempo que sea necesario y al menos hasta el final del último periodo de reserva de 2017".

A pesar del anuncio de hoy, este paquete de medidas decepcionó al sector. Los economistas esperaban que el BCE decidiera también ampliar el monto de la cantidad mensual de dinero destinado a la compra de estos bonos, no sólo prorrogar su validez.

Durante su comparecencia, Draghi señaló que la eurozona registra una "recuperación gradual, pero continuada, impulsada por el consumo". En su opinión, esto demuestra que la política del BCE es "eficaz". Sin embargo, las medidas "no eran suficientes aún".

"Quiero que quede claro. Estamos haciendo más porque funciona, no porque no funcione. Queremos consolidar algo que ha sido un éxito", afirmó sobre las medidas acordadas hoy por "amplia mayoría".

Draghi recordó que la política monetaria se centra "en mantener la estabilidad de precios a medio plazo y su orientación acomodaticia apoya la actividad económica". No obstante, recordó que es necesario continuar también con medidas estructurales "efectivas", en particular, medidas para mejorar el entorno empresarial.

"Asimismo, las políticas fiscales deberían apoyar la recuperacion económica cumpliendo siempre las normas fiscales de la Unión Europea", declaró.

Respecto a sus proyecciones trimestrales, el BCE mantuvo su pronóstico anterior en el que adelantó que la inflación en 2015 se situará en el 0.1 por ciento.

"La aplicación plena y coherente del pacto de estabilidad y crecimiento es algo indispensable para la confianza en nuestro marco fiscal. Al mismo tiempo todos los países deberían esforzarse para lograr una composición de políticas fiscales que favorezcan el crecimiento", agregó.

En tanto, el BCE pronosticó una inflación del 1 por ciento en 2016 y del 1.6 por ciento en 2017, una décima menos en ambos casos en comparación con los pronósticos de septiembre.

Por otro lado, los expertos del BCE se mostraron algo más optimistas respecto a la coyuntura económica. Para el año en curso esperan un crecimiento de un 1.5 por ciento en lugar del 1,4 por ciento anterior.

Mientras, para 2016 mantuvieron el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en el 1.7 por ciento y para 2017 revisaron ligeramente al alza su pronóstico desde el 1.8 por ciento hasta el 1.9 por ciento actual.