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En Hollywood ¿Está mal enfocado el feminismo?
Carlos Megía
“Su corazón está en el lugar no-sexista correcto. Pero intercambiar géneros sin tener en cuenta que los que una vez eran héroes masculinos ahora son mujeres puede considerarse equidad, pero también una ocasión malgastada”, afirmaba The Hollywood Reporter en el artículo titulado ¿Por qué Cazafantasmas es una oportunidad perdida para el feminismo? Ese es el sabor amargo que se le ha quedado a muchos de los espectadores que, tras meses de polémicas machistas, insultos (una de sus actrices tuvo que abandonar Twitter) y desavenencias con el estudio, han acudido al cine a ver Cazafantasmas. Y aunque la taquilla acabe por ser la única jueza en este negocio, no parece casualidad que su estreno coincida con el anuncio de los ‘remakes femeninos’ (menos icónicos) de Ocean´s Eleven y 1,2,3… Splash, al mismo tiempo que se disparan los rumores sobre la saga James Bond.
Estamos ante una nueva tendencia en Hollywood: la de las historias recicladas para que las protagonicen (pero no para que las produzcan o dirijan) mujeres. Unos guiones que, claro está, se someterán a unas comparaciones más que odiosas con sus fuentes originales, desde la lectura del guión hasta el final de los títulos de crédito. Dando por hecho que la discriminación sexual es una realidad en la industria, ¿es esta la mejor manera de representar a las mujeres en la gran pantalla?
Porque no, aunque las críticas generales fueran más positivas de lo esperado, tener a cuatro grandes cómicas al frente de una producción no la convierte en feminista si no existe un guion que apueste por ello. Como ejemplo, el diálogo en el que la profesora universitaria interpretada por Kristen Wiig se pregunta si su falda no es demasiado sexy como para dar clase (¿todavía estamos ahí?). La industria del cine ha decidido abordar la sangrante desigualdad de género que sufre tirando por el camino más fácil y discutible, travistiendo sus grandes éxitos. Como si las películas fueran esas botellas de vino cuyo marketing se dirige al sector femenino porque tienen la etiqueta rosa y apenas saben a alcohol, presuponiendo que por el hecho de ser mujeres prefieren los sabores suaves más que ellos. Pues va a ser que no.
Cate Blanchett, Sandra Bullock, Anne Hathaway, Helena Bonham-Carter y Rihanna son algunas de las integrantes confirmadas para el grupo de atracadoras de casinos que llevará a la pantalla Ocean’s Eight, el remake de la película de Steven Soderbergh (que ya era una adaptación de la original protagonizada por Sinatra). Podríamos abrir un debate sobre si merece la pena ‘malgastar’ actrices de esta talla imitando papeles vistos hace solo unos años, como el del líder encantador interpretado por George Clooney (Blanchett), el del seductor divertido de Brad Pitt (Bullock) o el del torpe Matt Damon (Hathaway) ¿No han demostrado estas actrices suficiente tirón comercial como para protagonizar una historia original? “El cambio de género se ha convertido en la manera fácil de Hollywood para acallar el problema sin tener que escribir nada nuevo”, afirma The Independent.
Otra controversia ha sido la protagonizada por aquellos que piden que el nuevo James Bond se llame Jane y sea una mujer. La movilización es tal que han elegido a la actriz Gillian Anderson (Expediente X).
¿cuota de género?
> Tener a cuatro grandes cómicas al frente de una producción no la convierte en feminista si no existe un guion que apueste por ello.
> Otra controversia mediática en las redes sociales ha sido la protagonizada por aquellos que piden que el nuevo James Bond se llame Jane y sea una mujer.
> La recién anunciada: 1,2,3… Splash. La nueva adaptación del clásico de los 80 ha sido recibida con entusiasmo al contar con Channing Tatum como nuevo sireno.
> Otro sector tradicionalmente dominado por los hombres, el de los videojuegos, se ha enfrentado a este problema y sí ha sabido gestionar la inclusión de las mujeres en sus producciones.