En plantón permanente

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En plantón permanente

Ante la negativa y el desentendimiento  del  que hace gala el que se dice gobernador, Rubén Moreira,  de no de atender la problemática  de la Clínica del Magisterio y de la Dirección de Pensiones, los maestros, activos y jubilados, agrupados en la organización Coalición de los Trabajadores de la Educación (CTE), decidieron movilizarse con mayor energía.

Cientos de maestros marcharon desde la Alameda hasta el Palacio de Gobierno para luego iniciar un platón permanente para exigir se resuelva definitivamente la crisis de la Clínica del Magisterio y se deroguen las leyes de Pensiones y del Servicio Médico aprobadas en diciembre pasado. 

El descontento de los docentes llegó a su clímax en los discursos en los que exigían que Rubén Moreira  entregue las aportaciones que la ley le impone, ya que este Gobierno debe más de 600 millones de pesos al Servicio Médico y a Pensiones de los trabajadores de la educación, así como a los trabajadores.  Sin excusa quincenalmente les descuentan las aportaciones que les corresponden, es vergonzoso que quien debiera dar ejemplo del cumplimientos de las leyes, las viole con toda placidez e indiferencia.

La corrupción consentida a las instituciones que comandan los directivos de la Sección 38 no tiene paragón, tampoco la impunidad ni la zozobra de los enfermos que no encuentran atención a sus padecimientos, la exigencia de  auditorías externas es más que plausible y las sanciones a los corruptos, como Dolores Maldonado Leza son incuestionables.  

En la primeras horas de iniciado el plantón permanente, don Raúl Vera, Obispo de la Diócesis de Saltillo se agregó al contingente de la CTE, saludó a los que encontró a su paso y cuando fue evidente su presencia, la emoción unió a los manifestantes pidiéndole que hiciera uso de la palabra. 

En su mensaje elogió el valor de los trabajadores de la educación para luchar por su derecho a una salud digna, habló de la importancia de manifestarse  en contra de la política de muerte que han implementado los gobiernos de Peña Nieto y el de Coahuila: “lo que están haciendo los trabajadores de la educación aquí debería replicarse en todo el país, porque es defender  la vida contra una política del saqueo que busca favorecer a los más ricos, porque el fruto del trabajo de la mayoría del pueblo mexicano es cada vez más empobrecedor, contra la impunidad, la organización”, expresó el Obispo. 

Los profesores agradecieron a fray Raúl su solidaridad, alguno tomó el micrófono y se le quebró la voz cuando le pidió que así como las campanas de la Catedral se escuchan con fuerza, su apoyo fraterno se difundiera en todo Coahuila.  
Es evidente que este Gobierno está convirtiendo los problemas en crisis recurrentes cada vez más complejas y profundas y se percibe libre de peligro, ni el instinto le mueve y ni siquiera cubre las apariencias. 

Lejos de cumplir con la obligación de garantizar los derechos humanos y ofrecer protección y seguridad a la vida y a la integridad ciudadana, cuidar y aplicar los recursos públicos con transparencia, Rubén Moreira evade su responsabilidad. No se aboca a resolver el problema, lo profundiza y así, precipita una crisis tras otra, dejando ver los filos de un colapso y su profundo desprecio hacia los ciudadanos. 

Sepa don Rubén que la corrupción y la impunidad no se combaten con brazos cruzados y a ojos cerrados. 

Si los priístas de Coahuila no escapan a la red que ellos mismos tejieron y tendieron, si no rompen los nudos que los atan, deberán reconocer que lo suyo es el no poder.