Enfocar lo esencial

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Enfocar lo esencial

Es fruto de épocas de grandes desequilibrios.

En las coyunturas de tránsito, de reformas sin reformismo ni gatopardismo, sino en tarea comprometida con avances reales de estructura, de actitud y de funcionamiento, germina, crece y da fruto la actitud de esencialismo.

Ya no hay distracción por hojarasca, por estímulos llamativos que buscan imantar la atención. Se va llegando a una simplicidad saludable. Es una atención que no busca quedarse en la erupción cutánea sino darle importancia a la infección. Se desarrolla un sano discernimiento que separa el grano de la paja, el gato de la liebre. No se va por la finta siguiendo el engaño. No se monta en la última ola sino se interesa en la profundidad, en las causas de los fenómenos. En la raíz que explica las frondosidades.

No se quiere invertir recursos y tiempo en lo epidérmico sino penetrar hasta lo orgánico. Se buscan atajos y se rehúyen recovecos. Al pan se le empieza a llamar pan y al vino vino. Muy útil lo analítico, pero se privilegia los sintético.

Esa atención puede ser intensa y concentrada, pero, al mismo tiempo no tolera lentitudes, vaguedades ni largos recesos. Encuentra tiempo para lo recreativo, lo convivencial, lo teórico ilustrativo y lo práctico que lleva al polvo y sudor de la acción directa. Se atiende solícitamente al descanso verdadero, sin alienaciones ni interferencias, prefiriendo estar en comunión con lo natural, vegetal, rocoso o animal. Y no solo en la pasividad inmóvil y perezosa sino con actividades deportivas o artísticas. Tiempo para la espiritualidad de silencio y soledad reconfortantes.

SUPERAR RESISTENCIAS

Todo esfuerzo que sale de lo habitual y estrena visiones no estrenadas o activa recursos no aprovechados, o quiebra moldes siempre repetidos encuentra resistencias que lo fortalecen y lo orientan. Este hábito se depura en tiempo de viento contrario porque opta por lo esforzado, lo costoso y hasta doloroso como precio necesario de llegar a un nivel superior, a una situación personalizante de más libertad. Así como en un viaje de autobús, la colectividad individualista, indiferente e incomunicada, después del atropello de la vaca, que puso en peligro a todos, se convierte en comunidad solícita y parlante, así un tiempo de terremoto, de inundación, de pandemia, logra el mismo buen efecto en el viaje existencial de una ciudad, una empresa, una familia, un conglomerado de fe.

INTEGRARSE A LO ORGÁNICO

El pluralismo se suma a la diversidad. Y lo mejor, cuando hay muchos diferentes y complementarios, es que haya poca indiferencia individualista y más solidaridad fraterna. Que disminuya el aislamiento y se acentúe la comunicación intersubjetiva, el espíritu de equipo, la superación de todo sectarismo por un amor universal.

La enfermedad tumoral resulta emblemática. Es el signo biológico del perjuicio que causa un grupo de células que ya no buscan el crecimiento orgánico y fabrican un tumor. Por siglos se ha construido un estilo tumoral de desigual convivencia humana que acaba atacando la misma vida y la paz, en justicia, del organismo social.

TRASCENDENCIA RECONFORTANTE

El universo espiritual del cristianismo presenta un cúmulo de noticias sorprendentes para el hombre contemporáneo. El amor de un padre creador que envía al hijo, que participa de su divinidad, para que asuma también la humanidad y ofrezca una salvación.

Su vida plena de sabiduría, poder y bondad, señala el camino hacia la meta de una gloria futura inextinguible. Su sacrificio es ofrenda cuyo amor es mérito que aniquila toda culpa.

Cada persona humana puede libremente aceptar esa salvación y considerar a Cristo Jesús como su señor, maestro, salvador y amigo. Siguiéndolo en vida de verdad y amor, puede aspirar a bienes eternos después de vencer la muerte y resucitar como su salvador, que vive para compartir vida y gloria sin fin.

PANDEMIA DE SALUD INTEGRAL

Esa es, en el tiempo post pandémico, la única aceptable nueva normalidad. Una normalidad que pone alma a toda norma. No queda solo en exigencia jurídica sino se convierte en reflejo de una autonomía personal que obedece al mandarse a sí misma.

La salud integral generará una doble prosperidad. No solo la de suficiencia universal de los bienes materiales creados para todos sino una integridad personal de vida en que den frutos la verdad, el amor, la libertad y la justicia. Cada persona reconstruida en su mejor versión se convierte en constructor de la verdadera paz...